Ahora que la infancia se suicida
Poema publicado el 05 de Noviembre de 2014
Nada importa el anuncio del ocaso
la escapada furtiva de las hojas
hacia el norte
los amigos no están en la barra
y amenaza el insomnio
la soledad de lo que nunca hemos tenido
Qué será de la infancia
cuando anochezca
y el último tren no me recoja
en qué sitio guardar esta añoranza
la angustia de tener la misma sombra
acechando sin prisa cada huella
Llorar es una falsa solución de los ingenuos
pero faltan amigos un trago
la otra acera para ver como voy
camino hacia los otros
Nada importa el color de los cabellos
la sonrisa que empieza a convertirse
en mueca
Qué será de los juegos y los sueños
si anochece en este día de reyes magos
y de ausencia
Yo no puedo con tanta neblina
con tantas palabras al asedio
marcando el compás de lluvias prometidas
No puedo ser Adán
le temo a las costillas y a los dioses
siempre le temo a aquello que desconozco
Pero va a anochecer y me faltan nubes
tu voz hurgando en las paredes de mi cuarto
donde hicimos la suerte y el amor
Estoy llegando al dos por dos
y al otro cero
y mi balcón se aleja de la playa
Voy buscando los árboles y su sombra
mientras la tarde duerme entre las hojas
Qué será de este tiempo prohibido
ahora que la infancia se suicida
y el último duende es bruma
en el recuerdo.
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Poema publicado el 05 de Noviembre de 2014
Nada importa el anuncio del ocaso
la escapada furtiva de las hojas
hacia el norte
los amigos no están en la barra
y amenaza el insomnio
la soledad de lo que nunca hemos tenido
Qué será de la infancia
cuando anochezca
y el último tren no me recoja
en qué sitio guardar esta añoranza
la angustia de tener la misma sombra
acechando sin prisa cada huella
Llorar es una falsa solución de los ingenuos
pero faltan amigos un trago
la otra acera para ver como voy
camino hacia los otros
Nada importa el color de los cabellos
la sonrisa que empieza a convertirse
en mueca
Qué será de los juegos y los sueños
si anochece en este día de reyes magos
y de ausencia
Yo no puedo con tanta neblina
con tantas palabras al asedio
marcando el compás de lluvias prometidas
No puedo ser Adán
le temo a las costillas y a los dioses
siempre le temo a aquello que desconozco
Pero va a anochecer y me faltan nubes
tu voz hurgando en las paredes de mi cuarto
donde hicimos la suerte y el amor
Estoy llegando al dos por dos
y al otro cero
y mi balcón se aleja de la playa
Voy buscando los árboles y su sombra
mientras la tarde duerme entre las hojas
Qué será de este tiempo prohibido
ahora que la infancia se suicida
y el último duende es bruma
en el recuerdo.
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