Aquella podrida noche
Poema publicado el 30 de Enero de 2020
Reí después de todo,
no porque quisiera hacerlo,
no porque me causara alegría.
Yo en mente tenía
toda la escena tan fría
de aquella podrida noche.
Lo único que pensaba en ese instante
era en lo perturvante que fue.
Mis muslos heridos,
mi vista perdida en sangre...
Y mi voz que aún me pertenecía.
Todo por ir a la esquina
por una llamada que no era mía.
Pudo quitarme todo aquel varón sin nombre.
Incluso lo que menos quería.
Se llevó los sentimientos nulos,
la inocencia intacta,
mi corazón retorcido
y mi vida en aquella podrida noche.
Extraño lo que me pertencía.
Era mío, y eso aún me reconocía.
Pues era parte de mi piel.
La piel que ahora al verla me recuerda al asqueroso recuerda del día de ayer.
De aquella noche tan desgarradora.
Que ahora al pensarla me pongo a entristecer.
Pues rabia me da de recordar
La noche podrida y tan PODRIDA de mi vida.
Me reí mucho al terminar
eso bien lo recuerdo.
Pues era lo único que yo podía hacer.
Al llegar a casa me miré con compasión.
Llorar me pareció algo sin razón.
Me acurruqué en brazos de mi fiel amigo
Llamado soledad
Rogándole que me dijera
el por qué de todo.
Él me escuchó con presición
Pero poco después,
asco le dió
y sin más me abandonó.
A nadie más le pude decir
De quella noche y lo que me hizo sentir
Del asqueroso rufían que reía más que yo.
Y que ahora mi cara la lleva en su pantalón
Con el sabor en su boca a asco molido en sudor
El mundo lleno de amor
De un día a otro me lo arrebató.
Siendo la niña prensada en dulzura
Que poco después desapareció...
Gritando y pidiendo las respuestas
Que la vida nunca me otorgó.
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Poema publicado el 30 de Enero de 2020
Reí después de todo,
no porque quisiera hacerlo,
no porque me causara alegría.
Yo en mente tenía
toda la escena tan fría
de aquella podrida noche.
Lo único que pensaba en ese instante
era en lo perturvante que fue.
Mis muslos heridos,
mi vista perdida en sangre...
Y mi voz que aún me pertenecía.
Todo por ir a la esquina
por una llamada que no era mía.
Pudo quitarme todo aquel varón sin nombre.
Incluso lo que menos quería.
Se llevó los sentimientos nulos,
la inocencia intacta,
mi corazón retorcido
y mi vida en aquella podrida noche.
Extraño lo que me pertencía.
Era mío, y eso aún me reconocía.
Pues era parte de mi piel.
La piel que ahora al verla me recuerda al asqueroso recuerda del día de ayer.
De aquella noche tan desgarradora.
Que ahora al pensarla me pongo a entristecer.
Pues rabia me da de recordar
La noche podrida y tan PODRIDA de mi vida.
Me reí mucho al terminar
eso bien lo recuerdo.
Pues era lo único que yo podía hacer.
Al llegar a casa me miré con compasión.
Llorar me pareció algo sin razón.
Me acurruqué en brazos de mi fiel amigo
Llamado soledad
Rogándole que me dijera
el por qué de todo.
Él me escuchó con presición
Pero poco después,
asco le dió
y sin más me abandonó.
A nadie más le pude decir
De quella noche y lo que me hizo sentir
Del asqueroso rufían que reía más que yo.
Y que ahora mi cara la lleva en su pantalón
Con el sabor en su boca a asco molido en sudor
El mundo lleno de amor
De un día a otro me lo arrebató.
Siendo la niña prensada en dulzura
Que poco después desapareció...
Gritando y pidiendo las respuestas
Que la vida nunca me otorgó.
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