Ayudame
Poema publicado el 02 de Mayo de 2010
Descanso en ti...
me persiguen
los errores del pasado,
los fantasmas que creí superados,
las sombras que oscurecieron mis días.
Me rindo...
se acortan mis pasos,
las espinas
rodean las piedras del camino,
los senderos se estrechan
ante mis ojos,
y los atajos han desaparecido.
Se han terminado mis fuerzas,
ganan los monstruos
por mi ignorancia fabricados,
los que mi ego ha fortalecido,
los aliados que hoy son mis enemigos.
Dejo caer mi espada,
mi escudo esta desvanecido,
me han alcanzado
los temores que tanto me han perseguido.
Es sal todas mis lágrimas,
congelada esta la mañana,
la noche sin luna
dibuja las peores pesadillas.
Vivo, lo sé; aun respiro
respiro y por eso se que un vivo,
siento el aire helado
penetrar mis huesos,
oscurecer mis más blancos pensamientos
y en cada bocanada un frio puñal
hiere mi alma.
Busco un refugio,
se ha extraviado mi porvenir
en el bosque de las aspiraciones,
he perdido mi futuro en el sendero
del pasado imperfecto,
se cortan las horas
con las malezas de los malos momentos,
y en cada segundo
le robo un año al tiempo.
He intentado escapar,
pero hoy me ha alcanzado...
hasta aquí he llegado,
mi espíritu
esta desfallecido,
mi luz carente de brillo,
mi alma no encuentra los suspiros,
son oscuros todos los caminos.
Dios, a ti entrego:
mi vida desecha
las asechanzas de mis enemigos,
mi futuro en peligro.
Tuya son todas mis hazañas
los triunfos de mi alma,
los temores hechos pesadillas
el acortamiento de mis días,
la eternidad de las noches
y la lluvia que inunda mi mirada.
No continúo...
ahora te ruego extiende tus manos
ayúdame a salir....
detenida estoy en el sendero
veo como me asedian las sobras
y solo tu, Padre eterno
puedes sacarme
de la trampa en que he convertido vida.
Dios, clama mi alma,
mi espíritu te llama
en ti confío,
a ti entrego todos mis enemigos...
Gracias,...
mientras muchos luchan solos
tú estás a mi lado;
y cuando siento que se escapan
las fuerzas,
simplemente descanso...
tú peleas mis batallas.
Gracias mi amado Padre
por protegerme,
gracias,...
puedo sentir el calor de tus manos.
ALEC
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Poema publicado el 02 de Mayo de 2010
Descanso en ti...
me persiguen
los errores del pasado,
los fantasmas que creí superados,
las sombras que oscurecieron mis días.
Me rindo...
se acortan mis pasos,
las espinas
rodean las piedras del camino,
los senderos se estrechan
ante mis ojos,
y los atajos han desaparecido.
Se han terminado mis fuerzas,
ganan los monstruos
por mi ignorancia fabricados,
los que mi ego ha fortalecido,
los aliados que hoy son mis enemigos.
Dejo caer mi espada,
mi escudo esta desvanecido,
me han alcanzado
los temores que tanto me han perseguido.
Es sal todas mis lágrimas,
congelada esta la mañana,
la noche sin luna
dibuja las peores pesadillas.
Vivo, lo sé; aun respiro
respiro y por eso se que un vivo,
siento el aire helado
penetrar mis huesos,
oscurecer mis más blancos pensamientos
y en cada bocanada un frio puñal
hiere mi alma.
Busco un refugio,
se ha extraviado mi porvenir
en el bosque de las aspiraciones,
he perdido mi futuro en el sendero
del pasado imperfecto,
se cortan las horas
con las malezas de los malos momentos,
y en cada segundo
le robo un año al tiempo.
He intentado escapar,
pero hoy me ha alcanzado...
hasta aquí he llegado,
mi espíritu
esta desfallecido,
mi luz carente de brillo,
mi alma no encuentra los suspiros,
son oscuros todos los caminos.
Dios, a ti entrego:
mi vida desecha
las asechanzas de mis enemigos,
mi futuro en peligro.
Tuya son todas mis hazañas
los triunfos de mi alma,
los temores hechos pesadillas
el acortamiento de mis días,
la eternidad de las noches
y la lluvia que inunda mi mirada.
No continúo...
ahora te ruego extiende tus manos
ayúdame a salir....
detenida estoy en el sendero
veo como me asedian las sobras
y solo tu, Padre eterno
puedes sacarme
de la trampa en que he convertido vida.
Dios, clama mi alma,
mi espíritu te llama
en ti confío,
a ti entrego todos mis enemigos...
Gracias,...
mientras muchos luchan solos
tú estás a mi lado;
y cuando siento que se escapan
las fuerzas,
simplemente descanso...
tú peleas mis batallas.
Gracias mi amado Padre
por protegerme,
gracias,...
puedo sentir el calor de tus manos.
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