Calle tamburini
Poema publicado el 29 de Junio de 2015
¿Cómo encara la vida para que no le devore el espanto?
Ganarme el pan diario y mantenerme en salud
ya me tienen bastante ocupado; es cierto que las siestas
sobre las casas derruidas transmiten su mensaje de chistidos
como de espectros vagabundos; un zumbido apagado recorre
la calle Tamburini, proveniente del tendido de mediana tensión.
¿Qué espera ver por la calle, aparte de vacas y ovejas?
A veces sopla el viento, a veces hay alboroto de granizos…
Otras veo lucecitas que viajan por el aire como polen
de dientes de león, y tengo la impresión de que son señales.
Y usted, surgido de la nada a hacerme preguntas, ¿quién es?
Nadie; voy atravesando este pueblo con mis pasos pausados;
le he visto asomado a esa ventana de marcos cuarteados
y se me ocurrió pedirle noticias sobre el pueblo color arena.
Veo que es talabartero, ¿qué edad tiene?; ¿mi edad?; los otros
días alguien me dijo que estoy igual que en tiempo inmemorial.
Un día pasaron por la calle los carromatos de un circo; un payaso
me miraba, no apartó de mí la vista hasta que la caravana se perdió
a lo lejos; quizás bajo sus afeites está el rostro de alguien
que conocí en algún tiempo, en algún lugar. ¿Usted ya estuvo
en este pueblo? Nunca; me encamino al otro pueblo que está
pasando aquellos cerros; a la vuelta espero pasar de nuevo
por la calle Tamburini. Entonces le contaré el nombre de aquel payaso.
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Poema publicado el 29 de Junio de 2015
¿Cómo encara la vida para que no le devore el espanto?
Ganarme el pan diario y mantenerme en salud
ya me tienen bastante ocupado; es cierto que las siestas
sobre las casas derruidas transmiten su mensaje de chistidos
como de espectros vagabundos; un zumbido apagado recorre
la calle Tamburini, proveniente del tendido de mediana tensión.
¿Qué espera ver por la calle, aparte de vacas y ovejas?
A veces sopla el viento, a veces hay alboroto de granizos…
Otras veo lucecitas que viajan por el aire como polen
de dientes de león, y tengo la impresión de que son señales.
Y usted, surgido de la nada a hacerme preguntas, ¿quién es?
Nadie; voy atravesando este pueblo con mis pasos pausados;
le he visto asomado a esa ventana de marcos cuarteados
y se me ocurrió pedirle noticias sobre el pueblo color arena.
Veo que es talabartero, ¿qué edad tiene?; ¿mi edad?; los otros
días alguien me dijo que estoy igual que en tiempo inmemorial.
Un día pasaron por la calle los carromatos de un circo; un payaso
me miraba, no apartó de mí la vista hasta que la caravana se perdió
a lo lejos; quizás bajo sus afeites está el rostro de alguien
que conocí en algún tiempo, en algún lugar. ¿Usted ya estuvo
en este pueblo? Nunca; me encamino al otro pueblo que está
pasando aquellos cerros; a la vuelta espero pasar de nuevo
por la calle Tamburini. Entonces le contaré el nombre de aquel payaso.
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