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El húmedo parque - Poemas de Anibal Rafael Gamarra



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Categoría: Poemas de Amor
El húmedo parque
Poema publicado el 02 de Abril de 2014

¿Cómo te llamas?, Fredesvindo, me dicen
Frede; ¿dónde vives?, a cuatro cuadras de aquí,
pasando este parque regado por nacientes;
tengo huerta y jardín, también tenía un perro
hasta hace poco; trabajo en una escribanía,
un vecino mío tiene ciento diez años;  debes
estar contento de vivir en esta tranquila zona,
con abundancia de árboles, cantos de aves
y esas cosas; creo que a usted ha de gustarle
la música clásica, y que es de los que miran
las nubes, los buitres que vuelan en círculo,
¿estoy en lo cierto?; y nada contento estoy
de vivir aquí, es más, andamos tratando
de mudarnos con mi familia, porque siempre
tenemos que pasar por este bosquecillo para
ir al trabajo, y al instituto en otros tiempos;
mi patrón es muy lector de enciclopedias
antiguas, también filatelista. Me pone contento
encontrarme -se lo digo- con alguien con quien
hablar, porque abundan los individuos  más vale
parcos, me entiende; me propongo proseguir
los estudios interrumpidos hace varios años.
Veo que usted no aparta los ojos de esta arboleda
a la que denominan parque; quizás ya está captando
algo, alguna energía. Hasta cruzando de día la gente
ve, según relata, figuras humanas bastante raras,
como muy anticuadas, tendientes a esconderse
de la gente detrás de los árboles, fue aquí que se
perdieron todos mis libros, no es que me los hubiesen
robado, se esfumaron; por las noches se escuchan
extraños coros de voces. Asimismo, basándome
en el relato de la gente, encuentro que esos raros
individuos son parecidos a los profesores que tuviera
por aquel tiempo; creo que son ellos mismos. Cuando
se perdieron todos mis libros, suspendí los estudios;
mi perro Kroki desapareció, al igual que mis libros,
en el parque; ¿no cree que tenemos razón en querer
mudarnos? ¿Cómo dijiste que te llamas? Fredesvindo.
Y tu vecino tiene ciento diez años, ¿cierto? Un día
encontré en el parque una de las antiguas enciclopedias
de mi patrón, con valiosas estampillas entre las hojas;
¿cómo habrán ido a parar allí?; y no entiendo porqué
siempre niega tan rotundamente que sean de él. Adiós,
señor, que no me gusta pasar tan tarde por el parque.


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