Ofrenda
Poema publicado el 05 de Mayo de 2014
He recibido la llamada, eso me basta,
he de romperme en llegar al sitio;
mis ropas se desgarrarán entre las zarzas;
no pediré explicaciones, no pediré detalles,
para alguien existo, a alguien le importo;
ni su nombre conozco, sólo sé que ostentaba
el muy llamativo prendedor de diamante,
que está en el fondo del recuerdo, en el inicio.
Quienes me vean rompiendo mis zapatos
sobre las hirientes piedras se mirarán entre sí;
cuándo iría a dar mi ofrenda si no ahora,
en la vida no hay mucho tiempo, sólo destellos,
no sé si tendré una segunda oportunidad;
me tenderé agotado al borde del arroyo,
pero enseguida seguiré la travesía
entre los furtivos habitantes de la noche,
de los cuales sólo se distinguen los ojos.
Recurriré a lo aprendido en gruesos libros
para llegar al sitio, a lo que me dijeran
los ancianos y los adustos profesores;
reptiles desconocidos gemirán en el camino,
oscuros brujos agitarán sus antorchas;
ven a dar tu aporte me había dicho,
con los valores que cimentaste, con tus cantos,
con las tentaciones que eludiste, ven, ven,
a depositar tu ofrenda, reconocerás el altar,
porque mil y una veces en tus sueños lo viste.
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Poema publicado el 05 de Mayo de 2014
He recibido la llamada, eso me basta,
he de romperme en llegar al sitio;
mis ropas se desgarrarán entre las zarzas;
no pediré explicaciones, no pediré detalles,
para alguien existo, a alguien le importo;
ni su nombre conozco, sólo sé que ostentaba
el muy llamativo prendedor de diamante,
que está en el fondo del recuerdo, en el inicio.
Quienes me vean rompiendo mis zapatos
sobre las hirientes piedras se mirarán entre sí;
cuándo iría a dar mi ofrenda si no ahora,
en la vida no hay mucho tiempo, sólo destellos,
no sé si tendré una segunda oportunidad;
me tenderé agotado al borde del arroyo,
pero enseguida seguiré la travesía
entre los furtivos habitantes de la noche,
de los cuales sólo se distinguen los ojos.
Recurriré a lo aprendido en gruesos libros
para llegar al sitio, a lo que me dijeran
los ancianos y los adustos profesores;
reptiles desconocidos gemirán en el camino,
oscuros brujos agitarán sus antorchas;
ven a dar tu aporte me había dicho,
con los valores que cimentaste, con tus cantos,
con las tentaciones que eludiste, ven, ven,
a depositar tu ofrenda, reconocerás el altar,
porque mil y una veces en tus sueños lo viste.
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