Adiós a wislawa szymborska
Poema publicado el 02 de Febrero de 2012
“Adiós.
Hasta mañana.
Hasta otra.”
(W. S.)
Su libro está al alcance de la mano,
lo saqué ayer de la biblioteca,
sin ninguna razón, porque sí,
como si una voz me dijese: cógelo,
ha llegado la hora de que leas
sus bellos, sus maravillosos versos,
espejos de la vida cotidiana
y de la perplejidad de existir,
y sientas al hacerlo, conmovido,
la cercanía del dolor, la belleza
que nos hiere como una rosa
que se deshoja en nuestro corazón
o ese poema que te está esperando,
inesperado como un relámpago
o un sueño de amor y libertad,
al abrir al azar una página
y ver que en ella cabe el universo.
Acabo de enterarme de su muerte,
y escribo estas palabras como un réquiem,
solo ante la verdad, junto a su nombre:
Wislawa Szymborska, y digo adiós
como quien se despide de una amiga,
y siento frío en el alma, y siento miedo,
y no sé qué pensar ni qué hacer,
y la noche me pesa como el mundo,
y llueve en Santander, y llora el cielo
las lágrimas que yo no puedo llorar.
(Santander, 2 de febrero de 2012)
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Poema publicado el 02 de Febrero de 2012
“Adiós.
Hasta mañana.
Hasta otra.”
(W. S.)
Su libro está al alcance de la mano,
lo saqué ayer de la biblioteca,
sin ninguna razón, porque sí,
como si una voz me dijese: cógelo,
ha llegado la hora de que leas
sus bellos, sus maravillosos versos,
espejos de la vida cotidiana
y de la perplejidad de existir,
y sientas al hacerlo, conmovido,
la cercanía del dolor, la belleza
que nos hiere como una rosa
que se deshoja en nuestro corazón
o ese poema que te está esperando,
inesperado como un relámpago
o un sueño de amor y libertad,
al abrir al azar una página
y ver que en ella cabe el universo.
Acabo de enterarme de su muerte,
y escribo estas palabras como un réquiem,
solo ante la verdad, junto a su nombre:
Wislawa Szymborska, y digo adiós
como quien se despide de una amiga,
y siento frío en el alma, y siento miedo,
y no sé qué pensar ni qué hacer,
y la noche me pesa como el mundo,
y llueve en Santander, y llora el cielo
las lágrimas que yo no puedo llorar.
(Santander, 2 de febrero de 2012)
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