Versos para exorcisar la lectura de un poema
Poema publicado el 13 de Agosto de 2011
Una lágrima temí que pintara este encuentro,
¡nunca pude decirte que me dio mucha pena
que te fueras!
Ardió el desierto con tu ausencia,
los ojos se lloraron todo el llanto
dejé
las rondas a tu calle,
en mi agenda ausente tu número telefónico
acepté sin chistar
nuevos halagos sobre el sabor de mi café.
¡Que si ha pasado el tiempo!
¡Cuántos fantasmas vagaron
en la noche de mis días exorcizando tu recuerdo?
¡Cuántos besos con afán curativo?
¿Cuántos brazos rechacé?
¿Cuántos años estériles?
Por fin
sin apenas sentirlo
el dolor que me venía luego de leer tus poemas
y me duraba más de una semana ya no está…
¿en qué momento dejaste en libertad a la memoria?
Tuvieron que llegar
atardeceres pintados de otros tonos,
un esposo extranjero
el amor en exilio
mil risas bulliciosas
[todo lo que pasa en tu corazón deja una huella]
la tarea de disfrutar el himno triunfal de la vida
distinguir el lenguaje de los pájaros,
aprender a bordar en el viento
y bautizar nuevas estrellas.
mis labios cantan hoy una oda de alegría
por el manjar exquisito de la vida.
De nada vale que vuelvas los ojos a la luz
mi raíz sigue nutriéndose en la misma tierra,
así de luminosos y felices a mi lado pudieron ser tus días,
nuestros cuerpos no tienen que tocarse
la acera de esta calle es vasto mar,
tu recuerdo es hoy imagen sobrepuesta
he trazado otra ruta
contrario a lo que piensas
las frases llegan de la página a mí,
mis labios enmudecen...
sólo extiendo la mano y permito que pases
la esperanza del retorno está vencida
ya no hay más que esperar...
nada cambiará el destino de tu voluntad,
soy consciente de esto, por fin
hoy he leído tus poemas a una cuerda.
Bertha Lucía Cano Medina
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Poema publicado el 13 de Agosto de 2011
Una lágrima temí que pintara este encuentro,
¡nunca pude decirte que me dio mucha pena
que te fueras!
Ardió el desierto con tu ausencia,
los ojos se lloraron todo el llanto
dejé
las rondas a tu calle,
en mi agenda ausente tu número telefónico
acepté sin chistar
nuevos halagos sobre el sabor de mi café.
¡Que si ha pasado el tiempo!
¡Cuántos fantasmas vagaron
en la noche de mis días exorcizando tu recuerdo?
¡Cuántos besos con afán curativo?
¿Cuántos brazos rechacé?
¿Cuántos años estériles?
Por fin
sin apenas sentirlo
el dolor que me venía luego de leer tus poemas
y me duraba más de una semana ya no está…
¿en qué momento dejaste en libertad a la memoria?
Tuvieron que llegar
atardeceres pintados de otros tonos,
un esposo extranjero
el amor en exilio
mil risas bulliciosas
[todo lo que pasa en tu corazón deja una huella]
la tarea de disfrutar el himno triunfal de la vida
distinguir el lenguaje de los pájaros,
aprender a bordar en el viento
y bautizar nuevas estrellas.
mis labios cantan hoy una oda de alegría
por el manjar exquisito de la vida.
De nada vale que vuelvas los ojos a la luz
mi raíz sigue nutriéndose en la misma tierra,
así de luminosos y felices a mi lado pudieron ser tus días,
nuestros cuerpos no tienen que tocarse
la acera de esta calle es vasto mar,
tu recuerdo es hoy imagen sobrepuesta
he trazado otra ruta
contrario a lo que piensas
las frases llegan de la página a mí,
mis labios enmudecen...
sólo extiendo la mano y permito que pases
la esperanza del retorno está vencida
ya no hay más que esperar...
nada cambiará el destino de tu voluntad,
soy consciente de esto, por fin
hoy he leído tus poemas a una cuerda.
Bertha Lucía Cano Medina
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