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Adán y eva - Poemas de Delmer Iván Baquedano



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Categoría: Poemas de Amor
Adán y eva
Poema publicado el 20 de Noviembre de 2013

Un día cuando todo era un principio,
Apareció un personaje llamado hombre,
Perdido entre los jardines y con una ansiedad,
De soportar la soledad.

Y con su dura tarea de dar nombre,
A las criaturas que le servirían de encanto.
Pues solo en su paraíso,
Necesitaba de alguien especial.

Miró a una flor y le dijo:
Vos te llamarás rosa,
Serás el encanto de un poema,
Y el tierno regalo de amores.

Miró a otra flor y le dijo:
Te llamarás clavel,
Serás la hermosura del jardín,
Embellecerás sus contornos,
Y serás una flor dichosa.

Miró a otra flor y le dijo:
Te llamarás maravilla,
Serás la fuente de admiración,
Y la maravilla del amor.

Miró a otra flor y le dijo:
Te llamarás jazmín,
En vos se oirá el clarín,
De tiernos pajarillos encantados,
Si, encantados por la dulzura de
Tu realeza.

Hubo muchas flores más,
A las que el hombre les puso nombre.
Salió feliz de aquel jardín,
Pero lleno de inquietudes.

Y a la puerta de salida,
Mira un pequeño ser volando,
Dijo: ¡oh qué preciosa eres!
Tu nombre será mariposa,
Tu hogar será la flor,
Que embellecerá la primavera.

Miró a otros seres volando y les dijo:
Te llamarás colibrí,
Y vos te llamarás gorrión,
Que con jugo de flores harán una fuente de nutrición,
Y juntos harán un nido de amor.

Y miró al espacio y vio muchos seres volando,
Dijo: se llamarán aves, pero todas tendrán un nombre,
Vos te llamarás zorzal,
Serás la alegría de mi floral,
Vos te llamarás sinzonte,
Serás la esperanza de mi horizonte.

Vos te llamarás jilguero,
Rodearás mi jardín entero,
Y vos paloma,
Vivirás en las montañas de mis aromas.
Vos que construyes tu hogar,
Te llamarás pájaro carpintero,
Construirás un hogar de amor.

Vos que paseas sobre el mar,
Te llamarás gaviota,
Y vos que andas sobre los prados,
Te llamarás garza.

Y cayó un pajarito en su mano derecha,
Le dijo: ¿y a vos qué? ¡No te preocupes!
Vos también tendrás un nombre,
Te llamarás alondra.
Y otro pajarito en su mano izquierda,
¿Y vos también? ¡Está bien!
Te llamarás zanate
Váyanse, alegren la primavera con su canto.

¡Aaaah! Estoy cansado,
Pero continuaré con mi tarea.
Llamó a todas las aves y les dijo:
Aún de entre ustedes habrá aves
Que serán domésticas.

Y todo fue así, conforme a su nombre,
Las bestias del campo, las aves del cielo,
Los árboles del bosque y la hierba de la tierra.
Pero el hombre dijo: estoy cansado,

Necesito dormir, con tanta tarea necesito un
Sueño suplir. Se acostó en una cama de rosas,
Adornada con pétalos de lirios,
Soñó con un arte imaginario,
Con la imagen bella de una mujer.

Con su figura tierna como la de un ángel,
Hecha de un perfecto pintor,
Embellecida con los perfectos maquillistas,
Con su cuerpo desnudo al encanto.

Sus manos parecían de seda,
Sus ojos como los ojos de un ángel,
Su cabello como ramo de lirios,
Su aspecto como el sol,
Y su mirada como la luna.

Sus brazos como enredaderas de rosas,
Su cuerpo como un misterio,
Su piel como el clarear del día, como blanca lana,
Su voz como el sonido del gorrión,

Y su andar como el paso del amor.
Soñaba que la besaba,
Con dulces besos de miel,
Que su cuerpo le servía de abrigo,
Que su cabello le servía de perfume,
Y sus manos acariciaban su cuerpo.

Pero despertó y vió una grata sorpresa,
Que junto al jardín de rosas estaba ella,
Una mujer bella y hermosa,
Cuyo rostro brillaba como un tesoro.

Pero en su admiración dijo: ¿una mujer?
Y exclamó: ¡una mujer, una mujer!
Sabias que te había soñado,
Me sentía solo en este jardín inmenso,
Pero vos me has quitado esta soledad.

Me llamo Adán y vos Eva,
Por siempre serás mi compañera,
Tu nombre significa el encanto,
Dulce encanto de mi corazón.

Cuando Adán conoció a su mujer,
Corría por los florales,
Jugaba por los matorrales,
Un escondite de amor.

Pero hubo un momento,
Que aquello prohibido,
Trató de arruinar tal relación.
Pero a pesar de lo prohibido,
Y de aquel grande error,
Siguieron juntos en su amor.

Pero no cuento lo malo,
Que la circunstancia les dio.
Solo cuento lo bueno que el amor les dejó.
Vivieron felices en aquel edén,
Y juntos hicieron un paraíso mejor.

Aquí relato la historia del hombre y la mujer,
Nunca tuvieron padres,
Nunca fueron niños,
No tuvieron juguetes de infantes,
Ni durmieron en cunas de almohada.

Se acabó la soledad de aquel hombre,
Llegó la compañía de su amada mujer,
Y a su lado el amor,
Y el dulce trinar de un gorrión.

¡Qué felicidad! Adán y Eva se amaron hasta el final,
Y juntos dejaron este mensaje:
Felices los que se puedan amar.


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