Besos
Poema publicado el 24 de Agosto de 2013
Besos
Dulce amor, qué sería de mi si tu no me quisieras,
si esos labios de miel dorada de otros labios se prendaran
y ese hilito de almibar que de su comisura se desprende lentamente
fuera a posarse en otra boca empalagosa y suavemente
haciendo que al elegido hasta las entrañas removieran
en un océano de felicidad porque te amaran.
Esos labios, casi inaccesibles, profundos y carnosos,
perfumados de ambrosía, suaves, dulces, tiernos, temblorosos,
cómo disfruto escalando, colgándome en sus pálidos balcones,
percibiendo su pálpito al despertar su primavera,
del placer disfrutar y sentir una a una toda esa panoplia de emociones
con la ansiedad del ingenuo y fiel enamorado en una tensa y larga espera.
Ósculos hambrientos de elixir y fantasía,
¡vive dios, que aunque venga dios, lo vea y pegue un grito,
os prometo una y mil veces que de ellos yo no me separo ni un poquito!
besos tan plagados de dulzura, deseosos de pasión, que producen desvaríos
sólo vosotros sois el el alimento de mi alma, mi gozo y mi alegría,
mientras tu me lo permitas, vida mía, nunca te han de faltar los besos míos.
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Poema publicado el 24 de Agosto de 2013
Besos
Dulce amor, qué sería de mi si tu no me quisieras,
si esos labios de miel dorada de otros labios se prendaran
y ese hilito de almibar que de su comisura se desprende lentamente
fuera a posarse en otra boca empalagosa y suavemente
haciendo que al elegido hasta las entrañas removieran
en un océano de felicidad porque te amaran.
Esos labios, casi inaccesibles, profundos y carnosos,
perfumados de ambrosía, suaves, dulces, tiernos, temblorosos,
cómo disfruto escalando, colgándome en sus pálidos balcones,
percibiendo su pálpito al despertar su primavera,
del placer disfrutar y sentir una a una toda esa panoplia de emociones
con la ansiedad del ingenuo y fiel enamorado en una tensa y larga espera.
Ósculos hambrientos de elixir y fantasía,
¡vive dios, que aunque venga dios, lo vea y pegue un grito,
os prometo una y mil veces que de ellos yo no me separo ni un poquito!
besos tan plagados de dulzura, deseosos de pasión, que producen desvaríos
sólo vosotros sois el el alimento de mi alma, mi gozo y mi alegría,
mientras tu me lo permitas, vida mía, nunca te han de faltar los besos míos.
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