Inmortal
Poema publicado el 02 de Noviembre de 2010
¿Sientes, aquí,
esta primavera
sin otoño?,
¿este canto sin silencio?,
¿este arco iris
sin principio ni fin?
¿Lo sientes?
Aquí duerme,
La Inmortal,
y es su presencia
el infinito que habita
en esta primavera,
este canto, este arco iris.
Sobre su sueño,
estrellas inmensas
descansan desnudas,
se cierran miles de ojos,
ángeles celestiales la acompañan,
ah para que no llore,
para que el miedo
no vuelva a tocarla
¡nunca!:
noche eterna
vestida de luna
en donde su alma canta
en las praderas del cielo,
y son flores
todas las nubes.
Cuántas veces
regará mi llanto
esta tierra
cultivada
con su cuerpo eterno.
Cuántas veces
preguntaré triste
de nuevo
como desde allá
en donde mi voz
no llega
y este dolor,
distinto y único,
es el mismo.
¡Porque es aquí
donde duerme
hasta siempre!,
¡desde su último adiós!
Es aquí
donde ella
aún ama
y me cuida,
aún es la palabra
que me hace
ser
hijo.
Duerme
ante
lo que me habita,
absoluto y difícil;
su recuerdo
indeleble
en mis ojos
húmedos,
lejanos,
perdidos;
el anhelo recio
en mi alma arrodillada
y ante esto que lucha,
derrota y continúa,
esto que vive y extraña.
“¡Esto que soy yo
por ti!, ¡Mamá!,
¡esto que soy yo!”
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 02 de Noviembre de 2010
¿Sientes, aquí,
esta primavera
sin otoño?,
¿este canto sin silencio?,
¿este arco iris
sin principio ni fin?
¿Lo sientes?
Aquí duerme,
La Inmortal,
y es su presencia
el infinito que habita
en esta primavera,
este canto, este arco iris.
Sobre su sueño,
estrellas inmensas
descansan desnudas,
se cierran miles de ojos,
ángeles celestiales la acompañan,
ah para que no llore,
para que el miedo
no vuelva a tocarla
¡nunca!:
noche eterna
vestida de luna
en donde su alma canta
en las praderas del cielo,
y son flores
todas las nubes.
Cuántas veces
regará mi llanto
esta tierra
cultivada
con su cuerpo eterno.
Cuántas veces
preguntaré triste
de nuevo
como desde allá
en donde mi voz
no llega
y este dolor,
distinto y único,
es el mismo.
¡Porque es aquí
donde duerme
hasta siempre!,
¡desde su último adiós!
Es aquí
donde ella
aún ama
y me cuida,
aún es la palabra
que me hace
ser
hijo.
Duerme
ante
lo que me habita,
absoluto y difícil;
su recuerdo
indeleble
en mis ojos
húmedos,
lejanos,
perdidos;
el anhelo recio
en mi alma arrodillada
y ante esto que lucha,
derrota y continúa,
esto que vive y extraña.
“¡Esto que soy yo
por ti!, ¡Mamá!,
¡esto que soy yo!”
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.
