Pasión y entrega
Poema publicado el 17 de Octubre de 2016
En aquel aposento fiel testigo de tantas entregas,
mis manos presurosas hacia ti se abalanzaron y luego, con desenfreno por todo tu cuerpo se deslizaron.
Suavemente, con divino sosiego, cayo el vestido a tus pies. Asi fue como apareció ante mi, tu virginal y sútil desnudez.
Ante mi un ergido, esbelto y angelical cuerpo, ofrecia gracia y luz en medio de la penumbra terrenal. Yo senti que tu magia me absorbia con gran dulzura y serenidad. Me sentia navegar en un mar de intensa felicidad.
Con toda el alma puesta en los ojos te contemplé extasiado, completamente enamorado.
Intenté decir algo pero me habia quedado casi que sin voz. Luego todo mi cuerpo fue estremecido por un intenso temblor, era su cuerpo desnudo que vibraba en espera. Yo era su primavera!
La furia con que amabas me estremecia con la fuerza
de mil huracanes que susurraban al oído
palabras tiernas, seguidas de un "te amo".
Fuistes pertinaz lluvia de pasión que inquietó
al tranquilo mar robandole su paz y serenidad.
Mi corazón ahogado en mil latidos era esclavo de sus
murmullos y ritmicos gemidos.
Senti sus manos tomar control de las mias
para llevarlas a sus caderas. Yo con los ojos
vendados de amor descendia a la mágica hoguera donde
un Fuego intenso quemaria la pasión de aquella
vez primera.
Tembloroso, sudoroso y empapado de miel
en aquel panal de amor me perdi.
Su mirada intensa y transformada disparaba
a mi alma una lluvia de ternura.
Luego un cataclismo de gran estruendo sacudio
su cuerpo y contagio todo mi ser con un abrazo y
suspiro intenso.
Tomados de la mano seguiamos inmersos en la emoción
de aquel momento.
De aquella sublime epopeya no quedó rastro de cansancio.
Por el contrario, hoy dos almas calmadas esperan
el momento, saben que volverán a estallar para
llenar de luz el firmamento.
Todos los derechos reservados.
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Poema publicado el 17 de Octubre de 2016
En aquel aposento fiel testigo de tantas entregas,
mis manos presurosas hacia ti se abalanzaron y luego, con desenfreno por todo tu cuerpo se deslizaron.
Suavemente, con divino sosiego, cayo el vestido a tus pies. Asi fue como apareció ante mi, tu virginal y sútil desnudez.
Ante mi un ergido, esbelto y angelical cuerpo, ofrecia gracia y luz en medio de la penumbra terrenal. Yo senti que tu magia me absorbia con gran dulzura y serenidad. Me sentia navegar en un mar de intensa felicidad.
Con toda el alma puesta en los ojos te contemplé extasiado, completamente enamorado.
Intenté decir algo pero me habia quedado casi que sin voz. Luego todo mi cuerpo fue estremecido por un intenso temblor, era su cuerpo desnudo que vibraba en espera. Yo era su primavera!
La furia con que amabas me estremecia con la fuerza
de mil huracanes que susurraban al oído
palabras tiernas, seguidas de un "te amo".
Fuistes pertinaz lluvia de pasión que inquietó
al tranquilo mar robandole su paz y serenidad.
Mi corazón ahogado en mil latidos era esclavo de sus
murmullos y ritmicos gemidos.
Senti sus manos tomar control de las mias
para llevarlas a sus caderas. Yo con los ojos
vendados de amor descendia a la mágica hoguera donde
un Fuego intenso quemaria la pasión de aquella
vez primera.
Tembloroso, sudoroso y empapado de miel
en aquel panal de amor me perdi.
Su mirada intensa y transformada disparaba
a mi alma una lluvia de ternura.
Luego un cataclismo de gran estruendo sacudio
su cuerpo y contagio todo mi ser con un abrazo y
suspiro intenso.
Tomados de la mano seguiamos inmersos en la emoción
de aquel momento.
De aquella sublime epopeya no quedó rastro de cansancio.
Por el contrario, hoy dos almas calmadas esperan
el momento, saben que volverán a estallar para
llenar de luz el firmamento.
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