Tras bambalinas
Poema publicado el 21 de Octubre de 2011
Que es el amor cuando caminamos por caminos inciertos, a donde nos llevan las prisiones de nuestros miedos, si es eterno el dolor de saberse solo en este cuento, cuando callamos nuestros sentimientos y los hacemos nuestros.
En una búsqueda frenética de la felicidad
caemos en un pozo sin final, arañando las paredes, tratando de aminorar la caída para que no duela tanto, nunca llegamos al final y el vértigo se hace cansancio.
Vemos nuestra vida pasar, su imagen se hace fugaz, tratamos de sosternos de los buenos recuerdos, de olvidar lo que tanto nos ha lastimado, a veces es imposible separarlos, lo que no hizo bien, nos hizo mal.
Nos detenemos, pensamos, amamos, y cruzamos el umbral, buscamos el elixir de la felicidad, una pósima no más, que nos lleve al éxtasis de nuestros sentidos, que ponga en jaque a nuestras emociones y nos devuelva el brío. Soñamos lo que ansiamos, lo que deseamos, aquello que proyectamos.
Tras bambalinas ensayamos la función, de la obra que creamos. Cuando se abre el telón, estamos solos, ahí parados, en el escenario de la vida, nuestros protagonistas se han desvanecido y no hay público que nos aplauda.
COPYRIGHT © 2011 ELEONORA VALENTINI
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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Poema publicado el 21 de Octubre de 2011
Que es el amor cuando caminamos por caminos inciertos, a donde nos llevan las prisiones de nuestros miedos, si es eterno el dolor de saberse solo en este cuento, cuando callamos nuestros sentimientos y los hacemos nuestros.
En una búsqueda frenética de la felicidad
caemos en un pozo sin final, arañando las paredes, tratando de aminorar la caída para que no duela tanto, nunca llegamos al final y el vértigo se hace cansancio.
Vemos nuestra vida pasar, su imagen se hace fugaz, tratamos de sosternos de los buenos recuerdos, de olvidar lo que tanto nos ha lastimado, a veces es imposible separarlos, lo que no hizo bien, nos hizo mal.
Nos detenemos, pensamos, amamos, y cruzamos el umbral, buscamos el elixir de la felicidad, una pósima no más, que nos lleve al éxtasis de nuestros sentidos, que ponga en jaque a nuestras emociones y nos devuelva el brío. Soñamos lo que ansiamos, lo que deseamos, aquello que proyectamos.
Tras bambalinas ensayamos la función, de la obra que creamos. Cuando se abre el telón, estamos solos, ahí parados, en el escenario de la vida, nuestros protagonistas se han desvanecido y no hay público que nos aplauda.
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