Viejo pescador
Poema publicado el 24 de Mayo de 2013
Sólo una línea muy delgada
separa al cielo del mar.
Marchan las aves en bandadas, y
en la playa un viejo con su caña de pescar.
El viejo se sienta en las rocas,
mientras lo acompaña su perro.
En la arena descansan las focas,
escuchando (de la caña) el sonar del cencerro.
Las olas van y vienen jugando…
mientras el sol acompaña al viejo,
sobre él, un ave anda rondando…
y en la caña un cangrejo.
No hay apuro pues nadie lo aguarda,
el sol su piel poco a poco reseca,
y el agua a sus pies cae helada;
mientras su compañero al sol se seca
y lo acompaña con su triste mirada.
Sus débiles brazos ya no dan lucha
al pez que mordió el anzuelo
el cual le da una fría ducha
al pobre y desdichado abuelo.
Mojado de la cabeza a los pies,
temblando como una hoja…
mientras se le burla el pez,
que con un chapuzón de nuevo lo moja.
Gran desconsuelo para el viejo pescador,
su perro lo mira preocupado…
vuelve con su pecho lleno de dolor,
vuelve a su hogar desolado.
Vuelve a su humilde casa,
vuelve con el pecho desgarrado y
el peso de la soledad
que lo tiene amarrado.
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Poema publicado el 24 de Mayo de 2013
Sólo una línea muy delgada
separa al cielo del mar.
Marchan las aves en bandadas, y
en la playa un viejo con su caña de pescar.
El viejo se sienta en las rocas,
mientras lo acompaña su perro.
En la arena descansan las focas,
escuchando (de la caña) el sonar del cencerro.
Las olas van y vienen jugando…
mientras el sol acompaña al viejo,
sobre él, un ave anda rondando…
y en la caña un cangrejo.
No hay apuro pues nadie lo aguarda,
el sol su piel poco a poco reseca,
y el agua a sus pies cae helada;
mientras su compañero al sol se seca
y lo acompaña con su triste mirada.
Sus débiles brazos ya no dan lucha
al pez que mordió el anzuelo
el cual le da una fría ducha
al pobre y desdichado abuelo.
Mojado de la cabeza a los pies,
temblando como una hoja…
mientras se le burla el pez,
que con un chapuzón de nuevo lo moja.
Gran desconsuelo para el viejo pescador,
su perro lo mira preocupado…
vuelve con su pecho lleno de dolor,
vuelve a su hogar desolado.
Vuelve a su humilde casa,
vuelve con el pecho desgarrado y
el peso de la soledad
que lo tiene amarrado.
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