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Creo que conozco a esa chica - Poemas de Frag To



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Categoría: Poemas de Amor
Creo que conozco a esa chica
Poema publicado el 24 de Abril de 2018

Pasé un par de días pegado a las hojas con tinta color negro -cosa que en tiempos como hoy no suele ocurrir con mucha frecuencia- estudiando tablas y barras como si fuese vital aprenderlo. Pero, pensándolo bien, claro que lo era, lo es y no pongo en duda que lo seguirá siendo en un futuro cercano. Números indicando personas, personas indicando números, y nosotros cumpliendo la función de deshumanizar a propósito, estando conscientes de aquello pero sin oportunidad de negarnos. Se hace por un bien mayor –como acostumbro a mencionar en mis escritos-, precisamente no es posible evitar la numeración de alguna característica del ser humano. Lo anterior no quiere decir que se nos esté quitando la importancia, de hecho, nos atribuimos un valor que nos diferencia de otras personas o seres vivos –en algunos casos nos iguala y encasilla-, trabajo que teórica y científicamente busca facilitar el auto-estudio del ser humano.
Terminé de leer, repasé lo que debía repasar, y me dirigí entre confiado y nervioso a rendir el examen. Ya en la sala, sentía dolor y retorcijones en las tripas, los que estaban a punto de desbordar mi atención y alejarme de lo que tenía que importarme en ese momento.
El profesor leyó las indicaciones generales y luego nos cedió la venia para comenzar. De a poco los nervios comenzaron a cesar, me di cuenta que haber estudiado estaba valiendo la pena, pero entre comillas, porque quedé cachudo en más de una pregunta. Logré terminar mi obligación y me retiré dignamente de la sala luego de entregar mi prueba.
Al salir de la sala tuve que pasar al baño del cual no demoré mucho en salir. Fuera del edificio estaban algunos compañeros que habían terminado antes, con los cuales comencé a conversar de la prueba y aprovechamos de esperar a los demás.
Cuando estábamos todos listocos –afuera del edificio-, llegó aquella chica que muchos desean pero no todos pueden tener, la que quienes logran probarla deben dejar muchos prejuicios de lado. Es verdad, todo entra primero por la vista, no puedo negarlo. Comenzó a saludar a desde izquierda a derecha. Me mantuve ansioso –espero que no se me haya notado mucho- esperando que me saludara, hasta que llegó donde mí, sabía que la conocía, su olor y carisma me sonaban.
Había olfateado su aroma desde que noté su presencia, ese olor natural, sin una notoria presencia de químicos. Creo que después de la presión tan grande que impone una prueba, encontrarse con una chica así es sin duda un golpe de suerte. Después de recibir su saludo entre mis labios y mejilla –un cuneteado diría un amigo-, me invadió un estado de paz y alegría –lo que golpeó duramente ese momento de estrés- por todo el cuerpo –ella, al terminar de saludar a todos, se acercó a mí y se ubicó a mi costado izquierdo-. Mi mente se despejó, comencé a mantener mis ideas enfocadas en un tema por bastante tiempo. Mi análisis del contexto estaba siendo entre despistado y atento, una mezcla de ambos. Al estar concentrado en un tema por tramos de tiempo un poco más duraderos de lo normal, comencé a captar un poco tarde los chistes que contaban mis compañeros, pero eso al parecer aumentó el nivel de gracia que yo le atribuía. Solté carcajadas en varias ocasiones, fue como si los problemas que tenía en mi cabeza desaparecieran, como si todo estuviera resuelto.
Después de unas horas debí separarme de la chica, por lo que comencé a notar un cansancio mental, en cada uno de mis sentidos, así es que decidí irme a mi casa para dormir un rato.


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