Amada esposa
Poema publicado el 04 de Marzo de 2010
Amada esposa
¿Como pagar esos momentos de amor y ternura que me brindas? No, no me alcanza la vida amada esposa.
Porque has elegido estar conmigo, porque has dejado tus sueños para seguir los míos. Y con caricias y besos recibes mi cuerpo cansado aun si el tuyo este débil, aun si el sol mismo se ha ocultado de lado de tu ventana. Velando mis sueños, confortándome con el calor de tu cuerpo y tu dulce aroma; acurrucada en mi pecho, tan bella, tan mía, tan tierna. Logrando que me sienta tan grande, tan infinito.
Y que espero yo, que al verte tan fuerte, tan capaz, me siento como el mas ínfimo de los seres. En tus manos encuentro el alivio a mi alma, en tus sueños mis mas grandes anhelos y en tus ojos el reflejo mismo de la pureza.
Así como el viento acaricia tu rostro, mis palabras amada esposa, acarician nuestra ilusión. Eternos, tu y yo, dos nombres escritos y forjados en una historia de amor, de egoísmos y orgullos dejados atrás. Eterna compañía, el ángel que dios envió para mantenerme a salvo de mil y un cosas, del mundo, de mi.
Juntos, como el viento acompañado de un susurro, como el amor de un suspiro. Tus manos que brindan armonía, y yo, extendiendo mis brazos llenos de amor, abrazando tus esperanzas y tus sueños.
Como fiel caballero vigilante de tus pasos y tu cual damisela, tan frágil; permites que te guie por caminos inciertos abrazada de mi espalda. Tal es tu cristalina mirada, que miras a través de mi corazón, de mi alma, de mi espíritu.
Y qué decir de esas noches de embriagada pasión, voraz y a la vez tan sutil. Me desarmas y me ensalzas con caricias de amor de una diosa, y con toques tan suaves de una delicada flor, de una gota de roció que desliza suavemente delicada hoja.
Un castillo quisiera construirte, un reino entero poner a tus pies, tu mi Reyna y yo tu más humilde esclavo, el más fiel de tus sirvientes. E ir y navegar por anchos mares, buscando el mayor de los tesoros en el fondo del mar. Con galaxias escribir tu nombre y mil estrellas formando tu propia constelación.
No amada esposa, no me alcanza la vida. Si solo con detalles, si solo fuera capaz. Solo me queda brindarte mi amor, mi faz, mi alma. Y en cada sueño mi esperanza, cada día fidelidad, amor mil veces amor. Y la más grande gratitud por elegir que sea yo quien te acompañe en tu camino…Amada esposa
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Poema publicado el 04 de Marzo de 2010
Amada esposa
¿Como pagar esos momentos de amor y ternura que me brindas? No, no me alcanza la vida amada esposa.
Porque has elegido estar conmigo, porque has dejado tus sueños para seguir los míos. Y con caricias y besos recibes mi cuerpo cansado aun si el tuyo este débil, aun si el sol mismo se ha ocultado de lado de tu ventana. Velando mis sueños, confortándome con el calor de tu cuerpo y tu dulce aroma; acurrucada en mi pecho, tan bella, tan mía, tan tierna. Logrando que me sienta tan grande, tan infinito.
Y que espero yo, que al verte tan fuerte, tan capaz, me siento como el mas ínfimo de los seres. En tus manos encuentro el alivio a mi alma, en tus sueños mis mas grandes anhelos y en tus ojos el reflejo mismo de la pureza.
Así como el viento acaricia tu rostro, mis palabras amada esposa, acarician nuestra ilusión. Eternos, tu y yo, dos nombres escritos y forjados en una historia de amor, de egoísmos y orgullos dejados atrás. Eterna compañía, el ángel que dios envió para mantenerme a salvo de mil y un cosas, del mundo, de mi.
Juntos, como el viento acompañado de un susurro, como el amor de un suspiro. Tus manos que brindan armonía, y yo, extendiendo mis brazos llenos de amor, abrazando tus esperanzas y tus sueños.
Como fiel caballero vigilante de tus pasos y tu cual damisela, tan frágil; permites que te guie por caminos inciertos abrazada de mi espalda. Tal es tu cristalina mirada, que miras a través de mi corazón, de mi alma, de mi espíritu.
Y qué decir de esas noches de embriagada pasión, voraz y a la vez tan sutil. Me desarmas y me ensalzas con caricias de amor de una diosa, y con toques tan suaves de una delicada flor, de una gota de roció que desliza suavemente delicada hoja.
Un castillo quisiera construirte, un reino entero poner a tus pies, tu mi Reyna y yo tu más humilde esclavo, el más fiel de tus sirvientes. E ir y navegar por anchos mares, buscando el mayor de los tesoros en el fondo del mar. Con galaxias escribir tu nombre y mil estrellas formando tu propia constelación.
No amada esposa, no me alcanza la vida. Si solo con detalles, si solo fuera capaz. Solo me queda brindarte mi amor, mi faz, mi alma. Y en cada sueño mi esperanza, cada día fidelidad, amor mil veces amor. Y la más grande gratitud por elegir que sea yo quien te acompañe en tu camino…Amada esposa
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