El día ha llegado
Poema publicado el 30 de Abril de 2011
El día ha llegado
Un día muy precioso, con un sol candente
promesas de los grandes dioses que estaremos bien.
Nosotros confiamos, creímos, adoramos y esperamos de forma paciente
sin saber lo que los dioses nos tenían guardado.
Nos fijamos a lo largo del inmenso mar
y vemos a los grandes dioses danzando de felicidad.
Corrrimos de alegría sin pensar en el mal.
Escondidos, observábamos como bajaban... el gran día ha llegado.
Muchos hombres blancos con armas raras y pechos relucientes
se bajan de su inmensa y diferente canoa
reclamando esta tierra fértil y hermosa, aquí presente.
Quedamos cegados por el brillo y el color de la felicidad.
Con aprecio les ofrecimos perlas, mujeres y oro
Trabajamos sin parar hasta ver llegar el alba.
Aprendimos de ellos sus creencias, alabanzas y coros
y nos olvidamos de nuestros amados y queridos dioses.
Después de tanto trabajo, maltrato, racismo y crueldad
nos dimos cuenta que no eran dioses.
Enojados los atacamos y nos visitó una gran mortandad.
Cada vez éramos menos, por lo que perdimos nuestra bella Isla.
Fuimos desterrados de la tierra que descubrimos y cultivamos
ellos queriendo borrar nuestro nombre y nuestro legado.
Hoy nuestra tierra grita todo lo que hicimos
através de las evidentes huellas que tú pisas.
Jahdiel Ignacio III Guadalupe
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Poema publicado el 30 de Abril de 2011
El día ha llegado
Un día muy precioso, con un sol candente
promesas de los grandes dioses que estaremos bien.
Nosotros confiamos, creímos, adoramos y esperamos de forma paciente
sin saber lo que los dioses nos tenían guardado.
Nos fijamos a lo largo del inmenso mar
y vemos a los grandes dioses danzando de felicidad.
Corrrimos de alegría sin pensar en el mal.
Escondidos, observábamos como bajaban... el gran día ha llegado.
Muchos hombres blancos con armas raras y pechos relucientes
se bajan de su inmensa y diferente canoa
reclamando esta tierra fértil y hermosa, aquí presente.
Quedamos cegados por el brillo y el color de la felicidad.
Con aprecio les ofrecimos perlas, mujeres y oro
Trabajamos sin parar hasta ver llegar el alba.
Aprendimos de ellos sus creencias, alabanzas y coros
y nos olvidamos de nuestros amados y queridos dioses.
Después de tanto trabajo, maltrato, racismo y crueldad
nos dimos cuenta que no eran dioses.
Enojados los atacamos y nos visitó una gran mortandad.
Cada vez éramos menos, por lo que perdimos nuestra bella Isla.
Fuimos desterrados de la tierra que descubrimos y cultivamos
ellos queriendo borrar nuestro nombre y nuestro legado.
Hoy nuestra tierra grita todo lo que hicimos
através de las evidentes huellas que tú pisas.
Jahdiel Ignacio III Guadalupe
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