áfrica
Poema publicado el 30 de Abril de 2018
Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o de su origen, o de su religión.
Nelson Mandela
África
surgió bella y exótica
con sus músculos de hierro
y sus yacimientos fibras de tesoro
en la topografía del suelo africano
deambularon dioses de mil jergas
y murmuraron a su pueblo sus costumbres
de África vino el hombre a poblar el mundo
de Europa llegó el colonialismo y la esclavitud
aparecieron entonces muros divisores
puertas sin retorno se levantaron
milenarias comarcas sufrieron
el apagón de sus chispas refulgentes
sudor corrió por los tobillos
y pesadas argollas coartaron la libertad
África
fue una rosa blanca
entre oro, esmeraldas, petróleo y metales preciosos
que brillaban en Paris, en Londres, en Lisboa o en Madrid
dirán que había dos leyes de gravedad
una fuerza dirigida por mercaderes
que iban y venían
con aldabas y látigos en las manos
y otra gravitación que giraba
por una órbita, más allá y cerca de la muerte
en la que hombres y mujeres
codo a codo, hombro a hombro, pies con pies
descalzos caminaban por el pavimento
y por la cubierta de barcos que navegaban
como algas malolientes en el océano
África
y su piel de ébano
es una hermosa corona ancestral
mitad alegre, mitad triste
alguien grita Revolución
y sus bosques no tienen límites
alguien dice asalto
y el monumento del renacimiento africano en Senegal
muestra sus garras de tigre
afloran oráculos de maldición
entre brujos y tambores
que suenan en el diario soporte de la vida
valientes hombres dieron vuelta
los códigos de la jungla
y abolieron la legislación
traída en bultos a granel
África
es una ráfaga ardiente
mira hacia el mañana
pero duele la historia en la memoria
duele también las cicatrices en la conciencia
y a esta encrucijada
le dieron un codazo de trecientos sesenta grados
Yaa Asantewa
arrinconó a los británicos
Lumumba
abrió nuevos senderos para su pueblo
y Mandela
encendió una inmensa antorcha para siempre
África
se mofa de las miserias europeas
de la basura nuclear
y de las máquinas
que se ahogan en la nieve
los africanos viven
entre playas turquesas
y montañas llenas de fortuna
sus frondosas selvas
rugen al amanecer
y la brisa de sus pastizales galopa
como suave caricia de madre embarazada.
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Poema publicado el 30 de Abril de 2018
Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o de su origen, o de su religión.
Nelson Mandela
África
surgió bella y exótica
con sus músculos de hierro
y sus yacimientos fibras de tesoro
en la topografía del suelo africano
deambularon dioses de mil jergas
y murmuraron a su pueblo sus costumbres
de África vino el hombre a poblar el mundo
de Europa llegó el colonialismo y la esclavitud
aparecieron entonces muros divisores
puertas sin retorno se levantaron
milenarias comarcas sufrieron
el apagón de sus chispas refulgentes
sudor corrió por los tobillos
y pesadas argollas coartaron la libertad
África
fue una rosa blanca
entre oro, esmeraldas, petróleo y metales preciosos
que brillaban en Paris, en Londres, en Lisboa o en Madrid
dirán que había dos leyes de gravedad
una fuerza dirigida por mercaderes
que iban y venían
con aldabas y látigos en las manos
y otra gravitación que giraba
por una órbita, más allá y cerca de la muerte
en la que hombres y mujeres
codo a codo, hombro a hombro, pies con pies
descalzos caminaban por el pavimento
y por la cubierta de barcos que navegaban
como algas malolientes en el océano
África
y su piel de ébano
es una hermosa corona ancestral
mitad alegre, mitad triste
alguien grita Revolución
y sus bosques no tienen límites
alguien dice asalto
y el monumento del renacimiento africano en Senegal
muestra sus garras de tigre
afloran oráculos de maldición
entre brujos y tambores
que suenan en el diario soporte de la vida
valientes hombres dieron vuelta
los códigos de la jungla
y abolieron la legislación
traída en bultos a granel
África
es una ráfaga ardiente
mira hacia el mañana
pero duele la historia en la memoria
duele también las cicatrices en la conciencia
y a esta encrucijada
le dieron un codazo de trecientos sesenta grados
Yaa Asantewa
arrinconó a los británicos
Lumumba
abrió nuevos senderos para su pueblo
y Mandela
encendió una inmensa antorcha para siempre
África
se mofa de las miserias europeas
de la basura nuclear
y de las máquinas
que se ahogan en la nieve
los africanos viven
entre playas turquesas
y montañas llenas de fortuna
sus frondosas selvas
rugen al amanecer
y la brisa de sus pastizales galopa
como suave caricia de madre embarazada.
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