Resurrección
Poema publicado el 12 de Enero de 2019
Resurrección
Si la tristeza se convierte
en un aire espeso y gris
que inunda al alma y ahoga al corazón
en un profundo e intenso dolor.
Si la amargura se derrama
como lava ardiente
en las páginas de aquel tiempo frío, vacío y tormentoso
que deja sus agrias huellas de confusión.
Si la frustración palpita
como una mancha doliente y sangrante
que quiebra el ánimo
y despedaza cruelmente al corazón.
Si la angustia destila
su amargo y denso veneno
que enceguece la vista de la esperanza
y plasma en el alma su sello de dolor.
Si el dolor viviente
rasga la piel de los buenos sentimientos
y pisotea aquellos lindos sueños
que fueron cambiados por la tinta del horror.
Si la agonía fría y silente
de aquellas esperanzas polvorientas
se convierte en una oscura brisa
de tristeza y temor.
Si la desesperanza opresora
irriga sus voces agobiantes y desoladoras
rociando así su pétreo y frío manto
de rechazo y de hiriente humillación.
Resucitará la alegría robada
y fluirá como brisa intensa de felicidad y bendición
pues el Eterno no ignora
al afligido ni a sus cadenas de dolor.
Resucitará la paz fragante
tan anhelada y brillará cual fuente de primor
pues el Altísimo inundará con su dulce paz
a cada corazón que busca su presencia y su dirección.
Resucitarán aquellas victorias quebradas
y palpitarán como una nueva y fresca canción
pues el Dios vivo levantará al caído
y le dará un gran caudal de triunfos sin comparación.
Resucitará la fe dormida y opacada
por la angustia y el dolor
y brillará cual áureo fuego intenso
pues el Padre Eterno vivificará
a cada destrozado y dolorido corazón.
Resucitará el amor destruido y sepultado
por las huellas del fracaso y de la decepción
pues el Espíritu Divino derramará cual lluvia de arco iris
su profundo y fiel amor
en cada alma sincera que abra a él su corazón.
Resucitará la vida perdida y diluída
por la frialdad humillante y por la indiferencia silente
que acalló la voz de aquel desesperanzado clamor
pues el Cristo viviente llenará de vida plena y abundante,
cual intenso manantial de estrellas vivas y fragantes,
a cada sediento y hambriento corazón.
Resucitarán aquellas tenues y olvidadas esperanzas
que fueron oscurecidas por la lejanía, por las ausencias
y por un negro hálito de terror
pues el Dios Eterno traerá nuevas páginas de vida
y tinta de gloria, de poder y de amor
para escribir una nueva, maravillosa y mejor historia
en cada corazón rendido ante él con plenitud de confianza
y de convicción.
Autor: Joel Fariñez
Derechos reservados de autor
Venezuela Caracas
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Poema publicado el 12 de Enero de 2019
Resurrección
Si la tristeza se convierte
en un aire espeso y gris
que inunda al alma y ahoga al corazón
en un profundo e intenso dolor.
Si la amargura se derrama
como lava ardiente
en las páginas de aquel tiempo frío, vacío y tormentoso
que deja sus agrias huellas de confusión.
Si la frustración palpita
como una mancha doliente y sangrante
que quiebra el ánimo
y despedaza cruelmente al corazón.
Si la angustia destila
su amargo y denso veneno
que enceguece la vista de la esperanza
y plasma en el alma su sello de dolor.
Si el dolor viviente
rasga la piel de los buenos sentimientos
y pisotea aquellos lindos sueños
que fueron cambiados por la tinta del horror.
Si la agonía fría y silente
de aquellas esperanzas polvorientas
se convierte en una oscura brisa
de tristeza y temor.
Si la desesperanza opresora
irriga sus voces agobiantes y desoladoras
rociando así su pétreo y frío manto
de rechazo y de hiriente humillación.
Resucitará la alegría robada
y fluirá como brisa intensa de felicidad y bendición
pues el Eterno no ignora
al afligido ni a sus cadenas de dolor.
Resucitará la paz fragante
tan anhelada y brillará cual fuente de primor
pues el Altísimo inundará con su dulce paz
a cada corazón que busca su presencia y su dirección.
Resucitarán aquellas victorias quebradas
y palpitarán como una nueva y fresca canción
pues el Dios vivo levantará al caído
y le dará un gran caudal de triunfos sin comparación.
Resucitará la fe dormida y opacada
por la angustia y el dolor
y brillará cual áureo fuego intenso
pues el Padre Eterno vivificará
a cada destrozado y dolorido corazón.
Resucitará el amor destruido y sepultado
por las huellas del fracaso y de la decepción
pues el Espíritu Divino derramará cual lluvia de arco iris
su profundo y fiel amor
en cada alma sincera que abra a él su corazón.
Resucitará la vida perdida y diluída
por la frialdad humillante y por la indiferencia silente
que acalló la voz de aquel desesperanzado clamor
pues el Cristo viviente llenará de vida plena y abundante,
cual intenso manantial de estrellas vivas y fragantes,
a cada sediento y hambriento corazón.
Resucitarán aquellas tenues y olvidadas esperanzas
que fueron oscurecidas por la lejanía, por las ausencias
y por un negro hálito de terror
pues el Dios Eterno traerá nuevas páginas de vida
y tinta de gloria, de poder y de amor
para escribir una nueva, maravillosa y mejor historia
en cada corazón rendido ante él con plenitud de confianza
y de convicción.
Autor: Joel Fariñez
Derechos reservados de autor
Venezuela Caracas
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