En las tardes, hablando de medicina y algo de ingles.
Poema publicado el 26 de Mayo de 2013
Cuando la soledad me llama, me escabullo y me voy a ver el mar.
En las tardes, ambos hablaban de medicina, la vida y del viento,
Cuando empezaba a caer la tarde, el salía a verla esta vez,
A pesar de que ella era de pelo negro, de mirada inteligente y de cuerpo bello como esculpido por mis ojos.
Era como escalar la cima de una montaña y descubrir el amanecer,
Solo acudía a su consultorio a saludarla, se conocían muy bien,
Y a veces hasta hablaban de computación y de los variados emails.
Después de unos días el muchacho pasó por su consulta,
La de la trigueña que era doctora y también hablaba del por que el amor no la visitaba al final del mes,
Al llegar al lugar, un persona del barrio que lo conocía, le dijo, No si ella salió, se fue en el primer autobus que paso, para ir al dentista esta vez,Entonces la veré o la llamare por teléfono otro día, pensó él, Paso el de nuevo por la consulta, era una tarde aburrida y en calma,Me entere que andabas para el dentista, espero que estés bien? Si no te preocupes que no era nada, mis dientes y muelas están ok.
Y así transcurría la vida del muchacho en aquellas mañanas soleadas,Entre la medicina, la doctora rubia, la bicicleta y el ingles. Otro día el la llamo por teléfono, no para hablar del gobierno, Sino de la película antigua que habían transmitido el día de ayer,Sobre un químico Curie y su prometida, una investigadora importante,Ambos se rieron por la manera en que ella, se relacionaba con él, Era evidente su amistad, la química entre ellos no la podían esconder,Luego siguieron hablando por teléfono, y el casi que sentía a la madre, Atrás de la línea que le decía, porque no cuelgas y terminas de hablar,Me parece que llevas mucho tiempo hablando con él.
Eran solo suposiciones del muchacho a quien solo le gustaba el idioma ingles,Así que la llamo otra vez, se pusieron a hablar de cumpleaños,Y de la monja Sor Juana Inés, la peor de todas, una poeta fiel,Qué casualidad pues ella había nacido, el mismo día que él,Pero el muchacho ni soñaba con hacer poesías, lo del era el ingles,Y quien nació el mismo día que tu, pregunto entusiasmado él,Pues no se la verdad, bueno nací yo quien más pudiera ser.
Un día el médico como de costumbre, una tarde serena la fue a ver,Ella le regalo un libro de cuentos, sobre una mujer que quería viajar,Ver el mundo, dejar atrás el desengaño de un amor perdido alguna vez,El se leyó el libro, pensando que gesto más lindo el de la rubia,Primera vez que le regalaban un libro, que acción tan desprendida,Más bien romántica, algo sobrecogedor fue esta escena para él, Sin dudas se llevaban muy bien, opinaban de cualquier tema de la vida,Pero eso sí, casi siempre terminaban hablando en ingles.
Hasta un día que a ambos los llamaron, para viajar a otra tierra,
Una tierra del sur, nada tenía que ver este país con el ingles,
El rápido estuvo dispuesto a hacer el viaje a esa tierra sureña,
Estaba ansioso por viajar, conocer otra cultura, otras gentes,
Ella titubeo un poco, mejor tu vas y me cuentas como te fue,
Hasta se molesto con el padre, cuando él le pregunto del tema,
Y entonces por qué tú no vas de misión, que es lo que vas a hacer.
Al final el médico, se fue para su tierra, hacia el sur lejos,
Antes, la muchacha bella, se despidió por teléfono con un beso para él,Y no se vieron más, solo se comunicaron por teléfono e internet,En los primeros días de estar en el continente, ella le escribió a él, Le escribía que como estaba, que se cuidara, que si estaba bien,Le dijo que tenía alma de líder, algo que él no supo comprender, Que líder, ni que líder, pensó el muchacho para sus adentros esta vez, Si a mí solo me interesa la medicina,
y hablar un poco el ingles.
Autor: Jorge Serra Colina.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 26 de Mayo de 2013
Cuando la soledad me llama, me escabullo y me voy a ver el mar.
En las tardes, ambos hablaban de medicina, la vida y del viento,
Cuando empezaba a caer la tarde, el salía a verla esta vez,
A pesar de que ella era de pelo negro, de mirada inteligente y de cuerpo bello como esculpido por mis ojos.
Era como escalar la cima de una montaña y descubrir el amanecer,
Solo acudía a su consultorio a saludarla, se conocían muy bien,
Y a veces hasta hablaban de computación y de los variados emails.
Después de unos días el muchacho pasó por su consulta,
La de la trigueña que era doctora y también hablaba del por que el amor no la visitaba al final del mes,
Al llegar al lugar, un persona del barrio que lo conocía, le dijo, No si ella salió, se fue en el primer autobus que paso, para ir al dentista esta vez,Entonces la veré o la llamare por teléfono otro día, pensó él, Paso el de nuevo por la consulta, era una tarde aburrida y en calma,Me entere que andabas para el dentista, espero que estés bien? Si no te preocupes que no era nada, mis dientes y muelas están ok.
Y así transcurría la vida del muchacho en aquellas mañanas soleadas,Entre la medicina, la doctora rubia, la bicicleta y el ingles. Otro día el la llamo por teléfono, no para hablar del gobierno, Sino de la película antigua que habían transmitido el día de ayer,Sobre un químico Curie y su prometida, una investigadora importante,Ambos se rieron por la manera en que ella, se relacionaba con él, Era evidente su amistad, la química entre ellos no la podían esconder,Luego siguieron hablando por teléfono, y el casi que sentía a la madre, Atrás de la línea que le decía, porque no cuelgas y terminas de hablar,Me parece que llevas mucho tiempo hablando con él.
Eran solo suposiciones del muchacho a quien solo le gustaba el idioma ingles,Así que la llamo otra vez, se pusieron a hablar de cumpleaños,Y de la monja Sor Juana Inés, la peor de todas, una poeta fiel,Qué casualidad pues ella había nacido, el mismo día que él,Pero el muchacho ni soñaba con hacer poesías, lo del era el ingles,Y quien nació el mismo día que tu, pregunto entusiasmado él,Pues no se la verdad, bueno nací yo quien más pudiera ser.
Un día el médico como de costumbre, una tarde serena la fue a ver,Ella le regalo un libro de cuentos, sobre una mujer que quería viajar,Ver el mundo, dejar atrás el desengaño de un amor perdido alguna vez,El se leyó el libro, pensando que gesto más lindo el de la rubia,Primera vez que le regalaban un libro, que acción tan desprendida,Más bien romántica, algo sobrecogedor fue esta escena para él, Sin dudas se llevaban muy bien, opinaban de cualquier tema de la vida,Pero eso sí, casi siempre terminaban hablando en ingles.
Hasta un día que a ambos los llamaron, para viajar a otra tierra,
Una tierra del sur, nada tenía que ver este país con el ingles,
El rápido estuvo dispuesto a hacer el viaje a esa tierra sureña,
Estaba ansioso por viajar, conocer otra cultura, otras gentes,
Ella titubeo un poco, mejor tu vas y me cuentas como te fue,
Hasta se molesto con el padre, cuando él le pregunto del tema,
Y entonces por qué tú no vas de misión, que es lo que vas a hacer.
Al final el médico, se fue para su tierra, hacia el sur lejos,
Antes, la muchacha bella, se despidió por teléfono con un beso para él,Y no se vieron más, solo se comunicaron por teléfono e internet,En los primeros días de estar en el continente, ella le escribió a él, Le escribía que como estaba, que se cuidara, que si estaba bien,Le dijo que tenía alma de líder, algo que él no supo comprender, Que líder, ni que líder, pensó el muchacho para sus adentros esta vez, Si a mí solo me interesa la medicina,
y hablar un poco el ingles.
Autor: Jorge Serra Colina.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.
