Estacion hacia el infierno
Poema publicado el 22 de Febrero de 2012
ESTACION HACIA EL INFIERNO
Todos besaban
el suelo que besaba
tu tacón de aguja,
eras la reina de Saba,
el ombligo del mundo,
la rabia más malvada.
No pude evitarlo
me partiste el alma.
Te quería y odiaba
igual por igual
cuando bailabas
al son del merengue
y la bachata,
¡ qué monada!.
Sumidero de la pasión
que desbocó tu corazón
hasta convertirlo en llamas.
Nunca te importó
no dar un palo al agua,
implorando besos
de esos labios
que ladraban,
nada te importó
el llanto amargo
que amontonó
mil lamentos
en mi cara,
nada te importó
rodar desnuda
sin sentir la duda
de la madrugada,
bien pagá de extrarradio
siempre de cama en cama.
Y ahora auque parezca mentira,
por ahí vas,
cruzando charcos
sin lágrimas para llorar,
por esos gramos
que no encuentras
en la esquina del bar.
Todo es negro,
se apagó la luz
y todos los días
esos malditos nervios
que el caballo desata
en su estación
hacia el infierno.
tuviste en la mano
lo que se puede tener
y ya no tienes nada.
Princesa de un ayer
muñeca decapitada
de esos buitres que afilan sus garras
en la lija de sus palabras,
juguete roto de hoy,
que Dios te libre mañana.
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Poema publicado el 22 de Febrero de 2012
ESTACION HACIA EL INFIERNO
Todos besaban
el suelo que besaba
tu tacón de aguja,
eras la reina de Saba,
el ombligo del mundo,
la rabia más malvada.
No pude evitarlo
me partiste el alma.
Te quería y odiaba
igual por igual
cuando bailabas
al son del merengue
y la bachata,
¡ qué monada!.
Sumidero de la pasión
que desbocó tu corazón
hasta convertirlo en llamas.
Nunca te importó
no dar un palo al agua,
implorando besos
de esos labios
que ladraban,
nada te importó
el llanto amargo
que amontonó
mil lamentos
en mi cara,
nada te importó
rodar desnuda
sin sentir la duda
de la madrugada,
bien pagá de extrarradio
siempre de cama en cama.
Y ahora auque parezca mentira,
por ahí vas,
cruzando charcos
sin lágrimas para llorar,
por esos gramos
que no encuentras
en la esquina del bar.
Todo es negro,
se apagó la luz
y todos los días
esos malditos nervios
que el caballo desata
en su estación
hacia el infierno.
tuviste en la mano
lo que se puede tener
y ya no tienes nada.
Princesa de un ayer
muñeca decapitada
de esos buitres que afilan sus garras
en la lija de sus palabras,
juguete roto de hoy,
que Dios te libre mañana.
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