Tu adiós
Poema publicado el 20 de Junio de 2010
Yo digo:
¡Oh niña mía!. Mi hijita querida,
déjame arrullarte en mi corazón,
y no me llegues tarde mi niña querida,
que hay lobos que acechan a tu corazón.
Ella dice:
¡Oh padre mío!. Tu no te preocupes,
que ya se cuidarme, y se donde voy,
me acompañan las risas, las de mis amigas,
cuidaré de ellas, y ellas de mí.
Yo digo:
Te estaré esperando con mis brazos abiertos,
mamà está conmigo, y despierto en mis sueños,
en la puerta estoy.
Ella dice:
Voy por un camino.
¡Oh...padre mío!.
Su brazo es tan fuerte
y no sé donde estoy.
Yo digo:
¡Oh,... hija mía!.
Y te fuíste a encontrar
con la mano que aprieta,
el capricho de un niño que aplastó tu corazón.
Ella dice:
¡Oh... padre mío!. Se ahogan mis sueños,
me asfixia la vida,
ayúdame por favor.
Yo digo:
Y me dejaste llorando para toda la vida,
¡Oh... pequeña mía!
y sin un adiós.
Ella dice:
No te quedes llorando,
que la vida es la vida,
¡Oh...padre mío!.
Y no te dije adiós.
Yo digo:
Hubiese querido, me dijeras tus sueños,
hubiese querido, me contaras del amor.
Ella dice:
Hubiese querido, contarte mis sueños,
a tí padre mío, y hablarte del amor.
Yo digo:
Gritaste en silencio con pocas palabras,
querías tus sueños, querías amor.
¡Oh... mi pequeña!. No quiero perderte,
di una sola palabra, que corriéndo voy.
Ella dice:
¡Oh... padre mío!. Me ahoga la vida,
esa mano que aprieta me aplasta el corazón.
Porque ahora ya no siento, y me puede la vida,
y ahora en mi silencio.
¡Oh... padre mío!...
yo te digo adiós.
J.J.
--- ------
Mi pequeña, te encontraré
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Poema publicado el 20 de Junio de 2010
Yo digo:
¡Oh niña mía!. Mi hijita querida,
déjame arrullarte en mi corazón,
y no me llegues tarde mi niña querida,
que hay lobos que acechan a tu corazón.
Ella dice:
¡Oh padre mío!. Tu no te preocupes,
que ya se cuidarme, y se donde voy,
me acompañan las risas, las de mis amigas,
cuidaré de ellas, y ellas de mí.
Yo digo:
Te estaré esperando con mis brazos abiertos,
mamà está conmigo, y despierto en mis sueños,
en la puerta estoy.
Ella dice:
Voy por un camino.
¡Oh...padre mío!.
Su brazo es tan fuerte
y no sé donde estoy.
Yo digo:
¡Oh,... hija mía!.
Y te fuíste a encontrar
con la mano que aprieta,
el capricho de un niño que aplastó tu corazón.
Ella dice:
¡Oh... padre mío!. Se ahogan mis sueños,
me asfixia la vida,
ayúdame por favor.
Yo digo:
Y me dejaste llorando para toda la vida,
¡Oh... pequeña mía!
y sin un adiós.
Ella dice:
No te quedes llorando,
que la vida es la vida,
¡Oh...padre mío!.
Y no te dije adiós.
Yo digo:
Hubiese querido, me dijeras tus sueños,
hubiese querido, me contaras del amor.
Ella dice:
Hubiese querido, contarte mis sueños,
a tí padre mío, y hablarte del amor.
Yo digo:
Gritaste en silencio con pocas palabras,
querías tus sueños, querías amor.
¡Oh... mi pequeña!. No quiero perderte,
di una sola palabra, que corriéndo voy.
Ella dice:
¡Oh... padre mío!. Me ahoga la vida,
esa mano que aprieta me aplasta el corazón.
Porque ahora ya no siento, y me puede la vida,
y ahora en mi silencio.
¡Oh... padre mío!...
yo te digo adiós.
J.J.
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Mi pequeña, te encontraré
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