Me gusta escribir.
Poema publicado el 20 de Mayo de 2017
Me gusta escribirle a los momentos y las personas, a mis amigos y a mi familia, hace mucho, escribía a unos ojos bonitos, aquellos que por ocho meses alumbraron mis días y mis noches, aquellos ojos a los que no podía mentirles, esos ojos que brillaban al verme, tan grandes, y perfectos, color avellana, y profundos al mismo tiempo; después, escribía a una sonrisa, no era perfecta, pero era contagiosa, era atractiva y un poco retorcida, pertenecía a una rosa, tan delicada como ella sola, proveniente del campo más puro que jamás conocí; con el tiempo le escribí a los momentos que pasábamos juntos, las tardes tomando un buen café, y esas mañanas desayunando hot cakes, hablando de todo usando palabras raras, le escribía a nuestra amistad, a lo que ambos deseábamos, más nunca pasó; poco después, comencé a escribirle a las locuras que me decían, lo que me hacían sentir, comencé a escribir para la personalidad que me cautivó, de momentos y a ratos, parecía perfecta, parecía imperfecta, era ambas, esa forma de ser que combinaba conmigo, y a la vez, distanciaba su ideología de la mía, con ello me di cuenta de que estaba buscando lo equivocado a lo que quería encontrar, pues siempre fueron casos aislados, nunca los junté, hasta que la encontré, no lo creía capaz, y de nuevo comencé a escribir, ahora, para toda ella, escribo a sus ojos detrás del cristal de sus lentes, a su sonrisa que llena vacíos en mí cuando la veo, a las tardes con ella, los ratos alegres y el buen café, también a su personalidad, esa forma de ser, tan decidida, alegre, trabajadora, escribo a la silueta que se forma cuando la recuerdo, a sus palabras de aliento, a su incansable afán de hacerme sonreír, escribo para ella, por ella, escribo por los buenos días, y las buenas noches, por los ratos en su compañía, por su sonrisa divina, por su cabello casi dorado, por su tez blanca y sus manos blandas, escribo por sus ojos inquietos, por su risa, por esas ganas que tengo de besarla, escribo por lo inalcanzable que a veces parece, pero sobre todo, escribo porque tiene todo lo que anhelaba, por eso escribo, por eso me gusta escribir, pero, ¿Saben? Más me gusta ella.
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Poema publicado el 20 de Mayo de 2017
Me gusta escribirle a los momentos y las personas, a mis amigos y a mi familia, hace mucho, escribía a unos ojos bonitos, aquellos que por ocho meses alumbraron mis días y mis noches, aquellos ojos a los que no podía mentirles, esos ojos que brillaban al verme, tan grandes, y perfectos, color avellana, y profundos al mismo tiempo; después, escribía a una sonrisa, no era perfecta, pero era contagiosa, era atractiva y un poco retorcida, pertenecía a una rosa, tan delicada como ella sola, proveniente del campo más puro que jamás conocí; con el tiempo le escribí a los momentos que pasábamos juntos, las tardes tomando un buen café, y esas mañanas desayunando hot cakes, hablando de todo usando palabras raras, le escribía a nuestra amistad, a lo que ambos deseábamos, más nunca pasó; poco después, comencé a escribirle a las locuras que me decían, lo que me hacían sentir, comencé a escribir para la personalidad que me cautivó, de momentos y a ratos, parecía perfecta, parecía imperfecta, era ambas, esa forma de ser que combinaba conmigo, y a la vez, distanciaba su ideología de la mía, con ello me di cuenta de que estaba buscando lo equivocado a lo que quería encontrar, pues siempre fueron casos aislados, nunca los junté, hasta que la encontré, no lo creía capaz, y de nuevo comencé a escribir, ahora, para toda ella, escribo a sus ojos detrás del cristal de sus lentes, a su sonrisa que llena vacíos en mí cuando la veo, a las tardes con ella, los ratos alegres y el buen café, también a su personalidad, esa forma de ser, tan decidida, alegre, trabajadora, escribo a la silueta que se forma cuando la recuerdo, a sus palabras de aliento, a su incansable afán de hacerme sonreír, escribo para ella, por ella, escribo por los buenos días, y las buenas noches, por los ratos en su compañía, por su sonrisa divina, por su cabello casi dorado, por su tez blanca y sus manos blandas, escribo por sus ojos inquietos, por su risa, por esas ganas que tengo de besarla, escribo por lo inalcanzable que a veces parece, pero sobre todo, escribo porque tiene todo lo que anhelaba, por eso escribo, por eso me gusta escribir, pero, ¿Saben? Más me gusta ella.
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