Pensamiento obrero
Poema publicado el 03 de Abril de 2019
PENSAMIENTO OBRERO
Juego con mis pensamientos, transformándolos, hinchándolos hasta ensancharlos
y convencerlos de que en su espacio me entreguen todos sus secretos, hasta los
más escondidos y complejos.
Juego con las palabras, introduciéndome en su laberinto expresionista, trabajando
la alquimia que en significado me permita convertirlas en emociones,
parafrasear, balbucear, debrayar, buscando la elementalidad
escondida.
Juego con los caminos raramente transcurridos, son menos traficados y los
Descubrimientos exhuman a mis muertos elementos.
Amo los misterios.
Juego con el tiempo y con sus divisiones, moviéndome entre sus dimensiones,
paralelas en ocasiones, la divina intervención florece.
Juego con las emociones, las propias y también las de la gente. Es emocionante
poder transportarse entre lo que entrega el subconsciente y, emocionalmente
empatizar es conectarse temporalmente.
Juego con las reglas, inclusive las más tercas, las más probadas y comprobadas. Siempre
hay espacio para poderlas moldear y en su esencia poderlas cuestionar.
El movimiento es perpetuo.
Juego con la realidad, intentar apresarla es algo tan irreal que en un sueño de un gran soñador
parecemos estar. Soñar es crear una realidad individual donde lo general regresa a lo particular
¿Con cuantas de ellas estamos lidiando?
Juego con la claridad porque es la antítesis de la borrosidad. Cuando las dos trabajan a la par,
un mundo nuevo existe y las cosas jamás serán igual.
Juego con la oscuridad, mi oscuridad es tu oscuridad. Cortados con el mismo elemento,
evitándola con nuestro sentimiento. Temiéndole al miedo sin razón dentro de tu negación.
No hay escapatoria de ella.
Juego con la soledad porque uno nunca está solo de verdad, ella misma te acompañará
hasta que la quieras apartar, más no se te olvide que solo en esta vida estás, aunque
rodeado de gente estés.
Juego con el amor, hasta con el propio, con sentimientos de pasión, experimentar la adoración
de sentir la melodía correcta para mi expresión. El romance es diversión.
Lo más tangible es la conexión.
Juego con la libertad y con su antónimo que llamamos represión. Son como la luz y la oscuridad,
uno no existe sin que el otro esté ahí para sacarlo hacia nuestra visión de humanidad.
Juego con el balance, tan difícil de obtener, tan complejo de mantener, efímero es para la
mayoría del Universo. Siempre la balanza inclinada hacia un lado estará.
Ni Dios lo parece dominar.
Juego con fantasear, imaginar, recrear o simplemente pasear con las ideas y adentrarse más en
esa hiperrealidad, intangibilidad, vivir en el asombro y hacerlo cotidianeidad.
Arriba del suelo flotar.
Y hay que jugar por jugar, para reír, ver el tiempo pasar y aglutinar todo lo material e inmaterial.
Brincar, volar y a las profundidades llegar para luego jugar en el más allá.
Una sonrisa evocar.
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Poema publicado el 03 de Abril de 2019
PENSAMIENTO OBRERO
Juego con mis pensamientos, transformándolos, hinchándolos hasta ensancharlos
y convencerlos de que en su espacio me entreguen todos sus secretos, hasta los
más escondidos y complejos.
Juego con las palabras, introduciéndome en su laberinto expresionista, trabajando
la alquimia que en significado me permita convertirlas en emociones,
parafrasear, balbucear, debrayar, buscando la elementalidad
escondida.
Juego con los caminos raramente transcurridos, son menos traficados y los
Descubrimientos exhuman a mis muertos elementos.
Amo los misterios.
Juego con el tiempo y con sus divisiones, moviéndome entre sus dimensiones,
paralelas en ocasiones, la divina intervención florece.
Juego con las emociones, las propias y también las de la gente. Es emocionante
poder transportarse entre lo que entrega el subconsciente y, emocionalmente
empatizar es conectarse temporalmente.
Juego con las reglas, inclusive las más tercas, las más probadas y comprobadas. Siempre
hay espacio para poderlas moldear y en su esencia poderlas cuestionar.
El movimiento es perpetuo.
Juego con la realidad, intentar apresarla es algo tan irreal que en un sueño de un gran soñador
parecemos estar. Soñar es crear una realidad individual donde lo general regresa a lo particular
¿Con cuantas de ellas estamos lidiando?
Juego con la claridad porque es la antítesis de la borrosidad. Cuando las dos trabajan a la par,
un mundo nuevo existe y las cosas jamás serán igual.
Juego con la oscuridad, mi oscuridad es tu oscuridad. Cortados con el mismo elemento,
evitándola con nuestro sentimiento. Temiéndole al miedo sin razón dentro de tu negación.
No hay escapatoria de ella.
Juego con la soledad porque uno nunca está solo de verdad, ella misma te acompañará
hasta que la quieras apartar, más no se te olvide que solo en esta vida estás, aunque
rodeado de gente estés.
Juego con el amor, hasta con el propio, con sentimientos de pasión, experimentar la adoración
de sentir la melodía correcta para mi expresión. El romance es diversión.
Lo más tangible es la conexión.
Juego con la libertad y con su antónimo que llamamos represión. Son como la luz y la oscuridad,
uno no existe sin que el otro esté ahí para sacarlo hacia nuestra visión de humanidad.
Juego con el balance, tan difícil de obtener, tan complejo de mantener, efímero es para la
mayoría del Universo. Siempre la balanza inclinada hacia un lado estará.
Ni Dios lo parece dominar.
Juego con fantasear, imaginar, recrear o simplemente pasear con las ideas y adentrarse más en
esa hiperrealidad, intangibilidad, vivir en el asombro y hacerlo cotidianeidad.
Arriba del suelo flotar.
Y hay que jugar por jugar, para reír, ver el tiempo pasar y aglutinar todo lo material e inmaterial.
Brincar, volar y a las profundidades llegar para luego jugar en el más allá.
Una sonrisa evocar.
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