Mi maestro de lo que no llaman sentimiento
Poema publicado el 11 de Marzo de 2011
Me enamoré de tu ternura,
Quizá de que no estabas cuerdo,
Adorabas igual que yo la aventura,
Contemplabas en momentos el incierto,
De llegar a conocer almas distintas, que pensaran en pasión no en sentimiento.
Y adorabas en la noche las sonrisas de caderas ajenas a mis pechos.
A veces creo que por ello te adore, por que anhelo libertad obsesivamente;
Por que el sentir de tu corazón es ignorante y deduje que tu razón no es inteligente.
Eres del sxo un fanático impertinente, que reconoce el placer como un rito inclemente,
Que practican los humanos con frecuencia y que lleva a la vida eterna… ¡me convences¡
No conoces el dolor que causa el llanto, pero si el que de la cavidad virginal hiere
Te robaste de mi alma el desencanto y por eso aprendí que no se quiere.
Solo basta con fingir como en teatro, que el amor en la existencia no sobrevive…siempre muere.
Hoy en día no eres mi amante, pero a veces hay quien la amistad prefiere, te adoro mi maestro y caminante, Me enseñaste a emborrachar lo que conviene.
Autora: Laura parra
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Poema publicado el 11 de Marzo de 2011
Me enamoré de tu ternura,
Quizá de que no estabas cuerdo,
Adorabas igual que yo la aventura,
Contemplabas en momentos el incierto,
De llegar a conocer almas distintas, que pensaran en pasión no en sentimiento.
Y adorabas en la noche las sonrisas de caderas ajenas a mis pechos.
A veces creo que por ello te adore, por que anhelo libertad obsesivamente;
Por que el sentir de tu corazón es ignorante y deduje que tu razón no es inteligente.
Eres del sxo un fanático impertinente, que reconoce el placer como un rito inclemente,
Que practican los humanos con frecuencia y que lleva a la vida eterna… ¡me convences¡
No conoces el dolor que causa el llanto, pero si el que de la cavidad virginal hiere
Te robaste de mi alma el desencanto y por eso aprendí que no se quiere.
Solo basta con fingir como en teatro, que el amor en la existencia no sobrevive…siempre muere.
Hoy en día no eres mi amante, pero a veces hay quien la amistad prefiere, te adoro mi maestro y caminante, Me enseñaste a emborrachar lo que conviene.
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