Sofía
Poema publicado el 11 de Marzo de 2011
Hoy se ha levantado Sofía, sigue siendo de noche, pero para ella es de día,
Se ha pintado de llanto, se saco las espinas y acomodo su escote para tapar las heridas.
Lleva tacones de 7, en la cara cicatrices de esas que deja la vida, una cartera pequeña de comodín para guardar propinas, y un pañuelo empapado de lágrimas, que votara al llegar a la esquina.
Tiene 15 años, pero su alma aun añora jugar con dados, contar historias de hadas madrinas y pegar gritos estupefactos. Es buena en fingir orgasmos, maestra en seducir desganos y en ponerle ceros al monto pactado.
Suele inventar sonrisas, calmar ardores de vacios con prisa, escuchar tristezas vacías y lisas, y besar labios por compasión; jamás beso unos con amor, con deseo, y con bendición.
Camina dejando a su paso la melancolía, contando los billetes que cuesta la cobardía y rogándole al cielo que le alcancen para comprar autoestima; es de esas que lucha a diario por que no le gane la vida, por poder ir a la escuela sin tener que hacer el amor con la injusticia y consolando el corazón.
Ya mañana será otro día, se repetirá la rutina; a este tiempo maría ya cumplió la edad establecida, y jamás visito la escuela, jamás conoció la verdad de una caricia, ni el valor de la autentica sonrisa, pero al menos no aguanta hambre y aprendió a disfrutar de fingir ser “la diva”
Autora: Laura parra
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Poema publicado el 11 de Marzo de 2011
Hoy se ha levantado Sofía, sigue siendo de noche, pero para ella es de día,
Se ha pintado de llanto, se saco las espinas y acomodo su escote para tapar las heridas.
Lleva tacones de 7, en la cara cicatrices de esas que deja la vida, una cartera pequeña de comodín para guardar propinas, y un pañuelo empapado de lágrimas, que votara al llegar a la esquina.
Tiene 15 años, pero su alma aun añora jugar con dados, contar historias de hadas madrinas y pegar gritos estupefactos. Es buena en fingir orgasmos, maestra en seducir desganos y en ponerle ceros al monto pactado.
Suele inventar sonrisas, calmar ardores de vacios con prisa, escuchar tristezas vacías y lisas, y besar labios por compasión; jamás beso unos con amor, con deseo, y con bendición.
Camina dejando a su paso la melancolía, contando los billetes que cuesta la cobardía y rogándole al cielo que le alcancen para comprar autoestima; es de esas que lucha a diario por que no le gane la vida, por poder ir a la escuela sin tener que hacer el amor con la injusticia y consolando el corazón.
Ya mañana será otro día, se repetirá la rutina; a este tiempo maría ya cumplió la edad establecida, y jamás visito la escuela, jamás conoció la verdad de una caricia, ni el valor de la autentica sonrisa, pero al menos no aguanta hambre y aprendió a disfrutar de fingir ser “la diva”
Autora: Laura parra
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