Una noche, en que conoció el amor
Poema publicado el 11 de Marzo de 2011
Fue una noche parecida a un sueño, donde ame mi silueta, que eras tú ante el espejo,
Fuimos uno al explorarle el secreto, a la bandida luna que arreglo nuestro sexual encuentro,
Me presentó tus besos, tus caricias y algo mas que eso, te corrigió el imperfecto de un pasado ya con dueña, y me hizo sentir lo único mas brillante en el firmamento.
Recorrí con esmero puntada a puntada tus miedos, y cabalgue sin decencia el instrumento que inyectó el veneno; te hice mío a pesar de ser ajeno y saboree el amor, por que juro que no fue sexo.
Hiciste poesía de mis sesos, construiste un nudo de dos polos opuestos, lubricaste mi calma hasta derramarte en mi aliento y asesinaste en mis senos las consecuencias de llegar tan lejos.
Delator de mis mas íntimos secretos, saboree lo que ya no es limpio del impuro grito eterno, inventamos malevos números para el sudoku del ajetreo y me calmaste el deseo, para una vida entera, ¡al menos eso creo!.
Amaneció y te marchaste, pero seguirás más que vivo en mis recuerdos, contemplare día a día por separado tus versos; serás eso que no se olvida y que hiere con el tiempo.
Autora: Laura parra
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Poema publicado el 11 de Marzo de 2011
Fue una noche parecida a un sueño, donde ame mi silueta, que eras tú ante el espejo,
Fuimos uno al explorarle el secreto, a la bandida luna que arreglo nuestro sexual encuentro,
Me presentó tus besos, tus caricias y algo mas que eso, te corrigió el imperfecto de un pasado ya con dueña, y me hizo sentir lo único mas brillante en el firmamento.
Recorrí con esmero puntada a puntada tus miedos, y cabalgue sin decencia el instrumento que inyectó el veneno; te hice mío a pesar de ser ajeno y saboree el amor, por que juro que no fue sexo.
Hiciste poesía de mis sesos, construiste un nudo de dos polos opuestos, lubricaste mi calma hasta derramarte en mi aliento y asesinaste en mis senos las consecuencias de llegar tan lejos.
Delator de mis mas íntimos secretos, saboree lo que ya no es limpio del impuro grito eterno, inventamos malevos números para el sudoku del ajetreo y me calmaste el deseo, para una vida entera, ¡al menos eso creo!.
Amaneció y te marchaste, pero seguirás más que vivo en mis recuerdos, contemplare día a día por separado tus versos; serás eso que no se olvida y que hiere con el tiempo.
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