No saben lo que hacen
Poema publicado el 29 de Marzo de 2013
No Saben Lo Que Hacen
En la mañana del viernes
El cielo casi enlutado
Retumbaba en la tierra cada golpe
Dado en los clavos que rasgaban la carne.
Como si fuesen insuficientes los clavos
O tal vez la corona de espinas es muy suave
O los latigazos dados con furia fueron pocos
Le castigaron tirándoles piedras verbales.
¡Si eres el hijo de Dios bájate de la cruz!
A otros salvo pero a sí mismo no se puede salvar
Si eres tú el Rey de los judíos sálvate a ti mismo
Sarcasmo, odio, irreverencia, amargas palabras.
El cordero yace herido y sangrando
Escuchando el fuego maligno de las lenguas
Las heridas son profundas e internas, corazón
Quebrantado, orgulloso, sentimientos lastimados.
Mas él no se desquito, no devolvió la ofensa
No dijo ¡Ya verás! O espérate que resucite
No, El encomendó su causa al que juzga, Dios.
Las piedras, llamas verbales atormentan torturan
El dolorido, cegado por su propia sangre
Busca ansiosamente aire en sus pulmones
Para elevar palabras en favor de los malvados.
Y en ese viernes tan oscuro
Resplandece la luz de amor jamás igualada
El hombre mira al cielo e implorando
Eleva su oración,
“Padre Perdónalos No Saben lo que Hacen”
Luis A. Burgos
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Poema publicado el 29 de Marzo de 2013
No Saben Lo Que Hacen
En la mañana del viernes
El cielo casi enlutado
Retumbaba en la tierra cada golpe
Dado en los clavos que rasgaban la carne.
Como si fuesen insuficientes los clavos
O tal vez la corona de espinas es muy suave
O los latigazos dados con furia fueron pocos
Le castigaron tirándoles piedras verbales.
¡Si eres el hijo de Dios bájate de la cruz!
A otros salvo pero a sí mismo no se puede salvar
Si eres tú el Rey de los judíos sálvate a ti mismo
Sarcasmo, odio, irreverencia, amargas palabras.
El cordero yace herido y sangrando
Escuchando el fuego maligno de las lenguas
Las heridas son profundas e internas, corazón
Quebrantado, orgulloso, sentimientos lastimados.
Mas él no se desquito, no devolvió la ofensa
No dijo ¡Ya verás! O espérate que resucite
No, El encomendó su causa al que juzga, Dios.
Las piedras, llamas verbales atormentan torturan
El dolorido, cegado por su propia sangre
Busca ansiosamente aire en sus pulmones
Para elevar palabras en favor de los malvados.
Y en ese viernes tan oscuro
Resplandece la luz de amor jamás igualada
El hombre mira al cielo e implorando
Eleva su oración,
“Padre Perdónalos No Saben lo que Hacen”
Luis A. Burgos
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