El ángel sin alas
Poema publicado el 14 de Diciembre de 2012
El Ángel sin Alas
Era un día de esos de los que no te dicen nada,
De los que transcurren y no te dejan huellas;
No había firmado cheque para pagar mis deudas,
Ni siquiera era día para gastar veinte pesos en el mercado;
La cena estaba hecha y mis pies descalzos un poco cansados;
Mi ajetreo en la casa después del trabajo;
Mi esposo en su trabajo y unas ganas infinitas de salir volando.
Me senté frente al computador a revisar mis mensajes.
El estaba allí mis ojos lo veían, unas líneas diminutas algo me decían.
Me ajuste mis espejuelos, me acomodé en mi silla,
¿Cómo era posible que después de tantos años sus recuerdos aparecieran?
Me quedé perpleja leyendo sus versos; eran tan intensos que mi mente se mecía.
Me transporte en instantes aquel mundo pasado y distante que un día fue y que jamás volvería.
Entre lágrimas y risas me estremecí en sus brazos por un momento;
Estaba tan lejos pero tan cerca;
Era mentiras y a la vez realidad;
Me sentí perdida, me sentí dichosa;
Fue una cosa rara y a la vez hermosa;
Mi ángel sin alas derrochando placer,
En aquella chiquilla que un día de febrero hizo su mujer.
De momento, las nubes muy grises se empezaron a juntar;
Un gran aguacero empezó a caer,
Las flores del jardín se empezaron a mecer
Y el ángel sin alas se volvió a perder.
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Poema publicado el 14 de Diciembre de 2012
El Ángel sin Alas
Era un día de esos de los que no te dicen nada,
De los que transcurren y no te dejan huellas;
No había firmado cheque para pagar mis deudas,
Ni siquiera era día para gastar veinte pesos en el mercado;
La cena estaba hecha y mis pies descalzos un poco cansados;
Mi ajetreo en la casa después del trabajo;
Mi esposo en su trabajo y unas ganas infinitas de salir volando.
Me senté frente al computador a revisar mis mensajes.
El estaba allí mis ojos lo veían, unas líneas diminutas algo me decían.
Me ajuste mis espejuelos, me acomodé en mi silla,
¿Cómo era posible que después de tantos años sus recuerdos aparecieran?
Me quedé perpleja leyendo sus versos; eran tan intensos que mi mente se mecía.
Me transporte en instantes aquel mundo pasado y distante que un día fue y que jamás volvería.
Entre lágrimas y risas me estremecí en sus brazos por un momento;
Estaba tan lejos pero tan cerca;
Era mentiras y a la vez realidad;
Me sentí perdida, me sentí dichosa;
Fue una cosa rara y a la vez hermosa;
Mi ángel sin alas derrochando placer,
En aquella chiquilla que un día de febrero hizo su mujer.
De momento, las nubes muy grises se empezaron a juntar;
Un gran aguacero empezó a caer,
Las flores del jardín se empezaron a mecer
Y el ángel sin alas se volvió a perder.
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