Temple de niño
Poema publicado el 28 de Abril de 2012
Sudo sin hacer algún tipo de ejercicio,
Mi garganta está seca sin motivo;
Estoy rojo y creo que es el inicio,
De algo que todavía no vivo…
Mis piernas se sienten cansadas,
Mis manos se sienten lastimadas;
Mis ojos lagrimean sin querer,
Posiblemente te volvieron a ver…
Pierdo la tranquilidad otra vez,
Mis zapatos están puestos al revés;
Río como un loco, como un bobo,
Y en luna llena me siento un lobo…
Imagino el acompañarte seguido,
Curar tu corazón si está herido;
Tengo temple de niño eso es cierto,
A veces siento que estoy en el desierto…
Relajarme no común en mí,
Prefiero correr o sólo salir;
Decir que me gustas me da nerviosismo,
Podría pasar que no sea el mismo…
Hablo y digo que hablaré contigo,
Al verte mi boca se queda callada;
Dios es mi más grande testigo,
De cómo mi alma ha sido bateada…
Este temple de niño me atosiga,
Lastima a morir y me desespera;
Quiero que seas más que una amiga,
Y Dios me dice: Mateo espera…
Noche tras noche te veo en mis sueños,
Para conquistarte pondré empeño;
Perderé el miedo y me acercaré,
No sé qué oso o qué locura yo haré…
Iré sin prejuicios a preguntar tu nombre,
Demostraré que soy un buen hombre;
Tampoco pediré que me agarres cariño,
Tan sólo sabré que ya no tengo el temple de niño…
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 28 de Abril de 2012
Sudo sin hacer algún tipo de ejercicio,
Mi garganta está seca sin motivo;
Estoy rojo y creo que es el inicio,
De algo que todavía no vivo…
Mis piernas se sienten cansadas,
Mis manos se sienten lastimadas;
Mis ojos lagrimean sin querer,
Posiblemente te volvieron a ver…
Pierdo la tranquilidad otra vez,
Mis zapatos están puestos al revés;
Río como un loco, como un bobo,
Y en luna llena me siento un lobo…
Imagino el acompañarte seguido,
Curar tu corazón si está herido;
Tengo temple de niño eso es cierto,
A veces siento que estoy en el desierto…
Relajarme no común en mí,
Prefiero correr o sólo salir;
Decir que me gustas me da nerviosismo,
Podría pasar que no sea el mismo…
Hablo y digo que hablaré contigo,
Al verte mi boca se queda callada;
Dios es mi más grande testigo,
De cómo mi alma ha sido bateada…
Este temple de niño me atosiga,
Lastima a morir y me desespera;
Quiero que seas más que una amiga,
Y Dios me dice: Mateo espera…
Noche tras noche te veo en mis sueños,
Para conquistarte pondré empeño;
Perderé el miedo y me acercaré,
No sé qué oso o qué locura yo haré…
Iré sin prejuicios a preguntar tu nombre,
Demostraré que soy un buen hombre;
Tampoco pediré que me agarres cariño,
Tan sólo sabré que ya no tengo el temple de niño…
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.