Retorno
Poema publicado el 19 de Abril de 2011
Yo soy aquel caballero
Que sin tender la mano te saludó,
En aquella mañana de azul sereno
Donde mi alma a la tuya se enlazo.
Mis ojos aun sin verte
Mi corazón te sintió,
En aquella jugada de la suerte
Donde tu alma a la mía se fundió.
Sabiendo que eras de otro,
Mi necedad se empeño,
Mi corazón como potro
De un salto en tu mano se poso.
Mirándote sin verte
Te toque sin sentir,
Y por un volado de la suerte
Orgullo tuve que fingir.
Fingí al saber que sin derecho
Estaba yo ante ti,
Sentí lava correr en mi pecho
De un volcán que tuvo forma de alelí.
En el libreto estaba escrito,
Lo que el destino le dicto,
Se oyó el espanto de un grito
Cuando mi alma de la tuya se despidió.
Pasaron los días y mi dolor seguía suelto,
Y llegue a sentir que mi alma se había muerto,
En un baúl dorado, mi corazón halle envuelto,
Sin latido, sin color, pálido como esqueleto.
Gemí de tristeza y de dolor,
Le rogué piedad a este suelo.
Vi en las rosas nacer un obscuro color
Vi a las estrellas desprenderse del cielo.
Oculte la mirada bajo los brazos,
Y me aleje de tu recuerdo,
Y segui sin querer del destino sus trazos,
Sin saber que harian llegar a tus brazo.
Sentí algo nuevo, algo que solo tu pudiste
En otro tiempo darme.
Habías retornado a ocupar el espacio que dejaste
Dispuesta a olvidar un pasado, dispusta a amarme.
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Poema publicado el 19 de Abril de 2011
Yo soy aquel caballero
Que sin tender la mano te saludó,
En aquella mañana de azul sereno
Donde mi alma a la tuya se enlazo.
Mis ojos aun sin verte
Mi corazón te sintió,
En aquella jugada de la suerte
Donde tu alma a la mía se fundió.
Sabiendo que eras de otro,
Mi necedad se empeño,
Mi corazón como potro
De un salto en tu mano se poso.
Mirándote sin verte
Te toque sin sentir,
Y por un volado de la suerte
Orgullo tuve que fingir.
Fingí al saber que sin derecho
Estaba yo ante ti,
Sentí lava correr en mi pecho
De un volcán que tuvo forma de alelí.
En el libreto estaba escrito,
Lo que el destino le dicto,
Se oyó el espanto de un grito
Cuando mi alma de la tuya se despidió.
Pasaron los días y mi dolor seguía suelto,
Y llegue a sentir que mi alma se había muerto,
En un baúl dorado, mi corazón halle envuelto,
Sin latido, sin color, pálido como esqueleto.
Gemí de tristeza y de dolor,
Le rogué piedad a este suelo.
Vi en las rosas nacer un obscuro color
Vi a las estrellas desprenderse del cielo.
Oculte la mirada bajo los brazos,
Y me aleje de tu recuerdo,
Y segui sin querer del destino sus trazos,
Sin saber que harian llegar a tus brazo.
Sentí algo nuevo, algo que solo tu pudiste
En otro tiempo darme.
Habías retornado a ocupar el espacio que dejaste
Dispuesta a olvidar un pasado, dispusta a amarme.
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