A mi viejo
Poema publicado el 11 de Septiembre de 2010
Hace tanto tiempo te marchaste viejo,
Y mis lágrimas no supieron dar a basto.
Hoy reposas en mis sueños diarios,
Que me hacen desvelar, y mirar hacia el techo.
Aun parecen observarme, tus tiernos ojos profundos,
Todavía en mis reflejos, pareces reaparecer.
Mis oídos, ven tu imagen, con algunas canciones,
Y en sus melodías quedo, hasta el olor a tus horas.
Te quiero hoy, más que antes, cuando estabas.
Daria hasta mi esperanza, con solo verte en lo alto.
Ángel, hay veces que intento olvidarte,
Pero estas proyectado hasta en lo más habitual.
En un día de lluvia, te reflejan los charcos.
En la oscura noche azul, mil estrellas te dibujan.
En estos tiempos de cambio, brotan tus profecías.
Y arden en un presente, cada vez mas oprimido.
Viejo, ya no te espero, esto si que es un milagro.
Jamas crei recordarte, lleno de tanta alegria.
Sigo anhelando, muchas veces lo imposible,
pero hoy acepto de veras, que te hayas desencarnado.
Hoy quiza vagas en un jardin perfecto,
aliviado de las bestias que tanto te cautivaron.
Tu cruz ya quedo enterrada, luego de tanta lluvia,
aqui en este mundo sucio, que tanto te habia hartado
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Poema publicado el 11 de Septiembre de 2010
Hace tanto tiempo te marchaste viejo,
Y mis lágrimas no supieron dar a basto.
Hoy reposas en mis sueños diarios,
Que me hacen desvelar, y mirar hacia el techo.
Aun parecen observarme, tus tiernos ojos profundos,
Todavía en mis reflejos, pareces reaparecer.
Mis oídos, ven tu imagen, con algunas canciones,
Y en sus melodías quedo, hasta el olor a tus horas.
Te quiero hoy, más que antes, cuando estabas.
Daria hasta mi esperanza, con solo verte en lo alto.
Ángel, hay veces que intento olvidarte,
Pero estas proyectado hasta en lo más habitual.
En un día de lluvia, te reflejan los charcos.
En la oscura noche azul, mil estrellas te dibujan.
En estos tiempos de cambio, brotan tus profecías.
Y arden en un presente, cada vez mas oprimido.
Viejo, ya no te espero, esto si que es un milagro.
Jamas crei recordarte, lleno de tanta alegria.
Sigo anhelando, muchas veces lo imposible,
pero hoy acepto de veras, que te hayas desencarnado.
Hoy quiza vagas en un jardin perfecto,
aliviado de las bestias que tanto te cautivaron.
Tu cruz ya quedo enterrada, luego de tanta lluvia,
aqui en este mundo sucio, que tanto te habia hartado
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