Princesa
Poema publicado el 06 de Abril de 2010
Me gustaría que entendieras,
Que por ti yo río, vivo y lloro todos los días,
Tu me llenas, pero aun no del todo,
Trátame como a una niña,
Pues siempre me consintió mi padre,
Se agresivo conmigo al momento de amar,
Déjame dibujarte en el resplandor de la vela que ilumina el escritorio.
Quédate a mi lado y no me dejes,
Temo a la soledad,
Tu aun no notas que quiero explorar tu enorme y virtuosa jungla tropical
Y que muero por que preguntes sobre mi aurora boreal,
Que deseo ser el tragaluz que robe tu mirada,
Que los rugosos pétalos de rosas me sepulten en tu pecho
Y después tú me busques tras las telas existentes de un avión
Y encontrarnos donde acordamos,
Para así poder darme la vuelta y escuchar bajo mis dedos
El silencio que provocan las catarinas al volar.
Rompe mis huesos con el tacto de tu respiración
Quiero que al mirarnos sienta como una centella de luz atraviesa la barrera del sonido,
Abrázame y conviérteme en tu millonésima segunda primavera,
Déjame besar cada uno de tus deseos
Y dormir con tus sueños bajo la sotana de los recelos de este mundo
E incitar juntos algún cráter en el cielo de tu pasado,
Ámame y se conciente de tus palabras,
Pues ya me has asfixiado varios sentimientos,
Y me has disparado sobre una bicicleta hacia los pulmones,
Ahogándome en sangre de tristeza,
Dejándome como salida, solo la libertad,
Libertad de la cual huimos juntos.
Me obligas a suicidarme para después tú revivirme,
¿Y quien es el héroe?
Llévame y vuélveme, maltrátame,
Pero búscame como el colibrí a las flores,
Déjame ser princesa por un día
Y coróname en la tempestad de una tormenta en la playa,
Concédeme tres deseos y hoy,
Solo por hoy, déjame salvarte.
Me gusta que cuentes mis estrellas, aunque sean pocas
Y que intentes abrir mi puerta.
Solo, únicamente agasájame, sedúceme y compláceme
Con el complicado y enviciado amor que desea la mujer.
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Poema publicado el 06 de Abril de 2010
Me gustaría que entendieras,
Que por ti yo río, vivo y lloro todos los días,
Tu me llenas, pero aun no del todo,
Trátame como a una niña,
Pues siempre me consintió mi padre,
Se agresivo conmigo al momento de amar,
Déjame dibujarte en el resplandor de la vela que ilumina el escritorio.
Quédate a mi lado y no me dejes,
Temo a la soledad,
Tu aun no notas que quiero explorar tu enorme y virtuosa jungla tropical
Y que muero por que preguntes sobre mi aurora boreal,
Que deseo ser el tragaluz que robe tu mirada,
Que los rugosos pétalos de rosas me sepulten en tu pecho
Y después tú me busques tras las telas existentes de un avión
Y encontrarnos donde acordamos,
Para así poder darme la vuelta y escuchar bajo mis dedos
El silencio que provocan las catarinas al volar.
Rompe mis huesos con el tacto de tu respiración
Quiero que al mirarnos sienta como una centella de luz atraviesa la barrera del sonido,
Abrázame y conviérteme en tu millonésima segunda primavera,
Déjame besar cada uno de tus deseos
Y dormir con tus sueños bajo la sotana de los recelos de este mundo
E incitar juntos algún cráter en el cielo de tu pasado,
Ámame y se conciente de tus palabras,
Pues ya me has asfixiado varios sentimientos,
Y me has disparado sobre una bicicleta hacia los pulmones,
Ahogándome en sangre de tristeza,
Dejándome como salida, solo la libertad,
Libertad de la cual huimos juntos.
Me obligas a suicidarme para después tú revivirme,
¿Y quien es el héroe?
Llévame y vuélveme, maltrátame,
Pero búscame como el colibrí a las flores,
Déjame ser princesa por un día
Y coróname en la tempestad de una tormenta en la playa,
Concédeme tres deseos y hoy,
Solo por hoy, déjame salvarte.
Me gusta que cuentes mis estrellas, aunque sean pocas
Y que intentes abrir mi puerta.
Solo, únicamente agasájame, sedúceme y compláceme
Con el complicado y enviciado amor que desea la mujer.
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