Condena
Poema publicado el 04 de Diciembre de 2011
CONDENA
Que se haga carne lo que está sintiendo el silencio.
Que exija tu locura incesante, que demuestre,
Que no me equivoque al sustituir tus sueños
Con rocíos de verano, con dulzura inesperada.
Que se hagan carne mis errores
Que se cubran de lágrimas y se rediman mis intenciones.
Que no sea casualidad el perder siempre
Y sufra el castigo que deba,
Pues tú sabes comprender a las personas desoladas.
Tuviste razón al conocerme, el no darme importancia,
Y tuve la ilusión de que vuelvas, aun sabiendo,
Que no llevabas tanta magia.
Acabo de verme diez años atrás, sorprendiéndote,
Y sabiendo que ahora haría todo mejor.
No hay mejor solución que culpar al desvelo de la juventud.
Acabo de recordarte como la última vez,
Y eso suele ser normal,
Más tú sabes que no soy original
Y la tediosa forma de pensarte hermosa, me enferma.
Esa ternura que no sentiré jamás, me tortura
Porque sé que no recuperare mi ingenuidad.
Ahora sé que todo se acaba,
Que termina con el dolor y el desgaste lógico.
Amores son los que se desintegran en el corazón,
Y te perturban por las venas.
Que se haga carne mi condena,
Que sea exhausta y eterna
Que muera conmigo en secreto
Y se disuelva en el viento.
Que sea la intemperie de mi ego
La desazón de mi felicidad.
Voy a contemplarte en cada destello de cielo
Y no sabes cuánto anhelo a veces,
El no haberte conocido.
La furia no me devuelve tu compañía
Y seguir con mi vida no me dará la grandeza
De hombre superado.
Que se haga carne tu cuerpo
Aunque nunca se una al mío,
Que disfrute el desvarío
De pensar en un mundo afortunado.
Porque tengo todo menos tu voz
Y porque quizás tu adiós
Fue lo mejor que me haya pasado.
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Poema publicado el 04 de Diciembre de 2011
CONDENA
Que se haga carne lo que está sintiendo el silencio.
Que exija tu locura incesante, que demuestre,
Que no me equivoque al sustituir tus sueños
Con rocíos de verano, con dulzura inesperada.
Que se hagan carne mis errores
Que se cubran de lágrimas y se rediman mis intenciones.
Que no sea casualidad el perder siempre
Y sufra el castigo que deba,
Pues tú sabes comprender a las personas desoladas.
Tuviste razón al conocerme, el no darme importancia,
Y tuve la ilusión de que vuelvas, aun sabiendo,
Que no llevabas tanta magia.
Acabo de verme diez años atrás, sorprendiéndote,
Y sabiendo que ahora haría todo mejor.
No hay mejor solución que culpar al desvelo de la juventud.
Acabo de recordarte como la última vez,
Y eso suele ser normal,
Más tú sabes que no soy original
Y la tediosa forma de pensarte hermosa, me enferma.
Esa ternura que no sentiré jamás, me tortura
Porque sé que no recuperare mi ingenuidad.
Ahora sé que todo se acaba,
Que termina con el dolor y el desgaste lógico.
Amores son los que se desintegran en el corazón,
Y te perturban por las venas.
Que se haga carne mi condena,
Que sea exhausta y eterna
Que muera conmigo en secreto
Y se disuelva en el viento.
Que sea la intemperie de mi ego
La desazón de mi felicidad.
Voy a contemplarte en cada destello de cielo
Y no sabes cuánto anhelo a veces,
El no haberte conocido.
La furia no me devuelve tu compañía
Y seguir con mi vida no me dará la grandeza
De hombre superado.
Que se haga carne tu cuerpo
Aunque nunca se una al mío,
Que disfrute el desvarío
De pensar en un mundo afortunado.
Porque tengo todo menos tu voz
Y porque quizás tu adiós
Fue lo mejor que me haya pasado.
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