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Madre - Poemas de Peter Danny Ruiz Racua



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Categoría: Poemas del Día de las Madres
Madre
Poema publicado el 09 de Mayo de 2012

Madre, al despertar hoy, de repente, tu nombre brotó de mis labios, y por reflejo divino, al corazón llevé mis dos manos. Y me asaltó la pregunta: ¿algo le habrá pasado?  Y tuve tanto miedo, madre, por eso te estoy llamando. Pero el teléfono, por quinta vez, ya cesó su timbrado y con trémula voz y una corazonada en mis labios, querida madre, este mensaje, te dejé muy preocupado.
Hoy desperté madre, después de un sueño bien raro, era yo un niño pequeño como de apenas un año, y tú, con cuanto cariño me llevabas en tus brazos, había dulzura en tus ojos, había ternura en tus pasos y en tu rostro  florecía, la juventud de tus años. De pronto, madre mía, tú con sumo cuidado, pusiste mis pies en la tierra mientras cogías mis dos manos y allí, ante tu dulce mirar, di mis primeros pasos y al soltarme un momento yo volví a ti, asustado, y tú me dijiste: camina, que yo iré a tu lado…
Hoy desperté, madre, después de haberte soñado, y sentí en mi pecho latir un amor casi olvidado y me llovieron tus recuerdos; quise correr a tus brazos; pero, un presentimiento me rodeó como un abrazo y me quedé allí, inmóvil, temeroso y angustiado.
Hoy desperté, madre, hoy desperté llorando, eran lágrimas amargas las que de  mi alma brotaron, las que  manaron por mis ojos, las que secaron mis manos, lágrimas de vergüenza de un corazón ingrato. Y  comprendí que en la vida, ya casi te he olvidado, al dar más importancia al estudio y al trabajo, por eso, de aquí distante, con mi afligido llanto, te pido, madre, perdón y te digo que te amo.
Hoy quisiera madre mía, tenerte aquí, a mi lado y volver a ser el niño que ayer dormía en tus brazos, volver a caminar sonriente, cogido de tu mano, a caminar por el potrero de algún hermoso prado, mientras la tarde se acentúa y cantan alegres los pájaros…ay madre, perdona si hoy me encuentro soñando con algún pasado hiriente o con un recuerdo lejano; pero es que me siento como el niño que ayer lloraba en tus brazos, mientras tú tan dulcemente  calmabas su triste llanto. Poco importa si el tiempo tu dulce faz va cambiando y la distancia y los años nos vayan más separando, yo aún seguiré siendo el niño, aquel, que en tu regazo, se hundía buscando consuelo y se dormía entre tus brazos.
Madre, cuando escuches mi mensaje, cuando vuelvas de algún lado, llámame, madre mía, que yo te estaré esperando; pero siento miedo, madre, de que algo te haya pasado y este temor tan profundo, hace temblar mis manos y me tiene tan nervioso, deprimido y abrumado. Ay madre, madre, perdóname si este corazón ingrato, absorbido por la vida, de a poco te ha olvidado y perdóname por las veces en que te dejé esperando, sentada al lado del teléfono; pero, es que, madre, el trabajo…sí, tienes razón, no hay excusas por haberte abandonado…pero, cuando vuelvas a casa, cuando regreses de algún lado, llámame, madre linda, que yo te estaré esperando.


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