Cuarenta grados
Poema publicado el 09 de Mayo de 2012
CUARENTA GRADOS
Cuarenta grados y ascendiendo,
es de Mayo el recuerdo que acompaña
este momento, y que quema mi interior.
Cuarenta grados por la tarde cual infierno,
consumiendo a fuego lento tu recuerdo,
sin esperas ni abundancias, sin tardíos ni tropiezos,
solamente ebullendo poco a poco mi pasión.
Cuarenta grados y me asfixio lentamente en tu agonía
de no sentir la vida, de no llevarte un poco de mi inspiración.
Cuarenta grados y hacia arriba, sofocándome la mente
y secando intensamente la savia que derrama mi sentir,
destruyendo como lava incandescente, paso a paso;
sin pasado ni presente, como objeto inanimado;
que sucumbe al soplo hirviente, de tu descarado amor.
Cuarenta grados y desmayo sin controles,
asumiendo que desangro letras muertas que reclaman
una poca de tus aguas, que alejaste de mis labios,
cuando estos se agrietaban al morir sin tu calor.
Cuarenta grados que aniquilan,
sin pedir siquiera esquina, o al menos no partir;
cuarenta grados y ya he muerto,
solitario en el desierto, que tuviste para mí.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 09 de Mayo de 2012
CUARENTA GRADOS
Cuarenta grados y ascendiendo,
es de Mayo el recuerdo que acompaña
este momento, y que quema mi interior.
Cuarenta grados por la tarde cual infierno,
consumiendo a fuego lento tu recuerdo,
sin esperas ni abundancias, sin tardíos ni tropiezos,
solamente ebullendo poco a poco mi pasión.
Cuarenta grados y me asfixio lentamente en tu agonía
de no sentir la vida, de no llevarte un poco de mi inspiración.
Cuarenta grados y hacia arriba, sofocándome la mente
y secando intensamente la savia que derrama mi sentir,
destruyendo como lava incandescente, paso a paso;
sin pasado ni presente, como objeto inanimado;
que sucumbe al soplo hirviente, de tu descarado amor.
Cuarenta grados y desmayo sin controles,
asumiendo que desangro letras muertas que reclaman
una poca de tus aguas, que alejaste de mis labios,
cuando estos se agrietaban al morir sin tu calor.
Cuarenta grados que aniquilan,
sin pedir siquiera esquina, o al menos no partir;
cuarenta grados y ya he muerto,
solitario en el desierto, que tuviste para mí.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.