Los sonidos de la ciudad y tú
Poema publicado el 03 de Marzo de 2012
LOS SONIDOS DE LA CIUDAD Y TÚ.
Se oye la ciudad infestada de algarabía,
los dramáticos sonidos y el tocar de las bocinas,
interrumpen el silencio que estoy haciendo por tu amor.
Suena la vida diaria como a cánticos de angustias,
que vertiginosos despiertan el amanecer sin temor,
y yo me quedo en cama tratando de comprender
un minuto o tal vez dos, que pasó con el querer.
Un extraño estruendo me remonta tiempo atrás
cuando mozo un día te traté de rescatar…
y siguiendo tu camino, dando rienda suelta a tu destino,
decidiste de mi lado ausentarte un tiempo, fue mucho quizás…
Suena de nuevo y despierta la ciudad,
sonidos ahogando mis recuerdos contra mi voluntad;
suena el olvido con sabor a libertad,
libertad que un día te llevaste, ¿y qué dejaste en su lugar?
Tiempo, mucho tiempo y la vida se nos va;
ahora que se escucha a lo lejos a un auto derrapar,
así desboqué mi vida un día, y otro sin parar,
y no puede al menos siquiera poderte arrebatar.
Suena incesante esta melodía citadina
que también sabe de ti, y que viaja lentamente
hasta tus memorias caídas sin perderse,
suena el sentimiento, que por demás prevalece.
Son los sonidos y tu presencia inquietante
que dan a la vida un toque o que rechina fuerte,
son los sonidos en una mañana cualquiera,
que te traen a mí, o te alejan; sin despedirse siquiera.
Contacto: radamante65@hotmail.com
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Poema publicado el 03 de Marzo de 2012
LOS SONIDOS DE LA CIUDAD Y TÚ.
Se oye la ciudad infestada de algarabía,
los dramáticos sonidos y el tocar de las bocinas,
interrumpen el silencio que estoy haciendo por tu amor.
Suena la vida diaria como a cánticos de angustias,
que vertiginosos despiertan el amanecer sin temor,
y yo me quedo en cama tratando de comprender
un minuto o tal vez dos, que pasó con el querer.
Un extraño estruendo me remonta tiempo atrás
cuando mozo un día te traté de rescatar…
y siguiendo tu camino, dando rienda suelta a tu destino,
decidiste de mi lado ausentarte un tiempo, fue mucho quizás…
Suena de nuevo y despierta la ciudad,
sonidos ahogando mis recuerdos contra mi voluntad;
suena el olvido con sabor a libertad,
libertad que un día te llevaste, ¿y qué dejaste en su lugar?
Tiempo, mucho tiempo y la vida se nos va;
ahora que se escucha a lo lejos a un auto derrapar,
así desboqué mi vida un día, y otro sin parar,
y no puede al menos siquiera poderte arrebatar.
Suena incesante esta melodía citadina
que también sabe de ti, y que viaja lentamente
hasta tus memorias caídas sin perderse,
suena el sentimiento, que por demás prevalece.
Son los sonidos y tu presencia inquietante
que dan a la vida un toque o que rechina fuerte,
son los sonidos en una mañana cualquiera,
que te traen a mí, o te alejan; sin despedirse siquiera.
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