Concierto de corolas
Poema publicado el 26 de Enero de 2017
Lentos juegos de cascadas reflejaban iridiscencias
crepusculares que nos obsequiaba el universo,
entre copas nocturnas se abría el cristal como dos manos blancas
rasgando cuerdas cimbreantes brotaba el canto azul de la guitarra,
Un pájaro gorgojaba bajo una luz de luna ambientada
y solo la leche perlada de tu boca era al brindis la esencia
paradisíaca que a la cresta gravitaba miel en los belfos.
Golondrina del alba, sobrevolabas la estatura del firmamento,
parecías una cesta violácea apilando ternura.
Manjar de mis ojos, blanco derrotero en esfera desorbitada,
crujías como relámpago lactante amamantado entre estrellas
y entre todas las flores divinas del jardín en desvelo,
una congregación de jazmines te coronó clavel del aire,
con dos dedos burbujeantes de espuma y un suspiro de camelias.
Ay…Princesa de florería pulida, de haber visto turbarse el cuerpo
de la vihuela te habrías conmovido cerrando los ojos con rocío de viento.
Lloraba emotiva la azul guitarra como susceptible luciérnaga,
en tanto un concierto de corolas planetarias admiraban la flor más hermosa.
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Poema publicado el 26 de Enero de 2017
Lentos juegos de cascadas reflejaban iridiscencias
crepusculares que nos obsequiaba el universo,
entre copas nocturnas se abría el cristal como dos manos blancas
rasgando cuerdas cimbreantes brotaba el canto azul de la guitarra,
Un pájaro gorgojaba bajo una luz de luna ambientada
y solo la leche perlada de tu boca era al brindis la esencia
paradisíaca que a la cresta gravitaba miel en los belfos.
Golondrina del alba, sobrevolabas la estatura del firmamento,
parecías una cesta violácea apilando ternura.
Manjar de mis ojos, blanco derrotero en esfera desorbitada,
crujías como relámpago lactante amamantado entre estrellas
y entre todas las flores divinas del jardín en desvelo,
una congregación de jazmines te coronó clavel del aire,
con dos dedos burbujeantes de espuma y un suspiro de camelias.
Ay…Princesa de florería pulida, de haber visto turbarse el cuerpo
de la vihuela te habrías conmovido cerrando los ojos con rocío de viento.
Lloraba emotiva la azul guitarra como susceptible luciérnaga,
en tanto un concierto de corolas planetarias admiraban la flor más hermosa.
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