Carta al amor - 09 de noviembre de 2.010
Poema publicado el 02 de Febrero de 2011
CARTA AL AMOR
Tuve la oportunidad de sentir eso que perdí y ahora ando buscando, es por eso que lo deseo. Se de que se trata.
Tuve la facilidad de despertar esas sensaciones que me hacían creer tan especial, y hoy ya no tengo esa facilidad… o nadie las ve.
Se de que se trata y como conseguirlo, me hago pequeño frente a la realidad, porque no deseo ser parte de ella.
Prefiero en la sumisión de mis latidos, vivir esperando y pendiente, que alguna vez vuelva a renacer algo de tantas cenizas.
Tuve la oportunidad de llorar cuando sentía irremediable pena, y no lo hice. Mis razones de alegría eran aun mejores, no mayores.
Tengo en mente grandes planes para mi vida. Pero sin vida no deseo hacer más planes. No quiero una vida sin otro latido que me acaricie.
No quiero estrechar unas manos que no me sientan, aun cuando mis dedos arden en llamas celestes envueltas de todo.
Envueltas hasta de lo que no existe en sentimiento. No quiero ser la persona que mire a los ojos, mientras me evaden sin recelo alguno.
Tuve la oportunidad de reír cuando quise reír, y de sonreír cuando fue agradable. Pocas veces son las que hoy me río como antes.
No se cuando duermo si desperté, o sigo en sueños. No hay lugar adonde no haya ido. Y aquí estoy, inmerso en somnolencia extrema. Solo.
¿Cuánto más será la espera?
¿Estaré en carne viva cuando pase lo que pude haber conservado y no lo hice?
Hay una remota posibilidad de encontrarlo y espero volverlo cercano de a poco, o en poco tiempo, o tan solo alguna vez. Otra vez.
Estoy gritando al límite de mi voz. No siento ni oigo eco alguno.
¿O acaso tu, sentimiento de amor, has dejado la tierra en busca de otro mundo; donde si te adulen como alguna vez aquí fue?
9 noviembre 2010
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Poema publicado el 02 de Febrero de 2011
CARTA AL AMOR
Tuve la oportunidad de sentir eso que perdí y ahora ando buscando, es por eso que lo deseo. Se de que se trata.
Tuve la facilidad de despertar esas sensaciones que me hacían creer tan especial, y hoy ya no tengo esa facilidad… o nadie las ve.
Se de que se trata y como conseguirlo, me hago pequeño frente a la realidad, porque no deseo ser parte de ella.
Prefiero en la sumisión de mis latidos, vivir esperando y pendiente, que alguna vez vuelva a renacer algo de tantas cenizas.
Tuve la oportunidad de llorar cuando sentía irremediable pena, y no lo hice. Mis razones de alegría eran aun mejores, no mayores.
Tengo en mente grandes planes para mi vida. Pero sin vida no deseo hacer más planes. No quiero una vida sin otro latido que me acaricie.
No quiero estrechar unas manos que no me sientan, aun cuando mis dedos arden en llamas celestes envueltas de todo.
Envueltas hasta de lo que no existe en sentimiento. No quiero ser la persona que mire a los ojos, mientras me evaden sin recelo alguno.
Tuve la oportunidad de reír cuando quise reír, y de sonreír cuando fue agradable. Pocas veces son las que hoy me río como antes.
No se cuando duermo si desperté, o sigo en sueños. No hay lugar adonde no haya ido. Y aquí estoy, inmerso en somnolencia extrema. Solo.
¿Cuánto más será la espera?
¿Estaré en carne viva cuando pase lo que pude haber conservado y no lo hice?
Hay una remota posibilidad de encontrarlo y espero volverlo cercano de a poco, o en poco tiempo, o tan solo alguna vez. Otra vez.
Estoy gritando al límite de mi voz. No siento ni oigo eco alguno.
¿O acaso tu, sentimiento de amor, has dejado la tierra en busca de otro mundo; donde si te adulen como alguna vez aquí fue?
9 noviembre 2010
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