Falso delito
Poema publicado el 23 de Septiembre de 2009
FALSO DELITO
Hoy supe que me habías condenado
y habías ordenado mi prisión
por un falso delito y un pecado
que nunca cometió mi corazón.
Has inventado marcas en mis manos
y aroma de otras rosas en mis prendas.
Supones actos viles y malsanos
traídos de aventuras y contiendas.
Culpado de beber en otros labios
y haberme retratado en otros ojos,
soy víctima nomás de tus agravios
y de que quieras verme tras cerrojos.
Me siento como un niño al que regañas
y lo echas a penar en un rincón,
después de acurrucarlo en tus entrañas
y haberle dado amor con devoción.
Me siento como Cristo en un madero
a quien le quita Judas su decoro,
y aguanto este dolor porque te quiero
sin que consiga odiarte cual te adoro.
El cielo bien merezco cuando pido
a Dios que me devuelva tu cariño
después de haber quedando malherido
cual queda sin su madre un pobre niño.
Porque es un vil rumor que nos divide
y que de todo mal te hace creer,
ya sea para que de ti me olvide
o para que me dejes de querer.
¡Descarta de tu mente que alguien juega
con tu alma y tu cariño sacrosanto,
si amar fue por igual, con blanca entrega,
y un beso entre nosotros pudo tanto!
¡Desoye a todo el mundo y presta oído
a lo que está dictando el corazón,
que sólo así sabrás lo que has perdido
y si es justo el castigo o el perdón…!
¡Triunfar verás un día al acusado!,
-y acaso… para amarte no estará-
por su única infracción de haberte amado
como otro no te amó ni te amará.
¡Yo sólo fui culpable de quererte
y hacerte la razón de mi existencia!;
aunque hayas preferido darme muerte
sin nunca haber probado mi inocencia.
Poema publicado el 23 de Septiembre de 2009
FALSO DELITO
Hoy supe que me habías condenado
y habías ordenado mi prisión
por un falso delito y un pecado
que nunca cometió mi corazón.
Has inventado marcas en mis manos
y aroma de otras rosas en mis prendas.
Supones actos viles y malsanos
traídos de aventuras y contiendas.
Culpado de beber en otros labios
y haberme retratado en otros ojos,
soy víctima nomás de tus agravios
y de que quieras verme tras cerrojos.
Me siento como un niño al que regañas
y lo echas a penar en un rincón,
después de acurrucarlo en tus entrañas
y haberle dado amor con devoción.
Me siento como Cristo en un madero
a quien le quita Judas su decoro,
y aguanto este dolor porque te quiero
sin que consiga odiarte cual te adoro.
El cielo bien merezco cuando pido
a Dios que me devuelva tu cariño
después de haber quedando malherido
cual queda sin su madre un pobre niño.
Porque es un vil rumor que nos divide
y que de todo mal te hace creer,
ya sea para que de ti me olvide
o para que me dejes de querer.
¡Descarta de tu mente que alguien juega
con tu alma y tu cariño sacrosanto,
si amar fue por igual, con blanca entrega,
y un beso entre nosotros pudo tanto!
¡Desoye a todo el mundo y presta oído
a lo que está dictando el corazón,
que sólo así sabrás lo que has perdido
y si es justo el castigo o el perdón…!
¡Triunfar verás un día al acusado!,
-y acaso… para amarte no estará-
por su única infracción de haberte amado
como otro no te amó ni te amará.
¡Yo sólo fui culpable de quererte
y hacerte la razón de mi existencia!;
aunque hayas preferido darme muerte
sin nunca haber probado mi inocencia.
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