La nave misteriosa
Poema publicado el 26 de Octubre de 2010
Esta es la historia de Oleg
y sus valientes vikingos
en las playas y atalayas;
la guerra por vocación
y el robo por distracción.
Peleaban con sus vecinos
en los bosques y en los fiordos,
en rutas de Escandinavia,
y eran sus vidas secuencias
de corajes y hazañas.
Por esta primera vez
la misión era muy simple;
navegar entre las nieblas
para robar y matar,
alma viva no dejar, matar;
luego cargar el botín
para volver silenciosos,
de la hazaña satisfechos.
Lo robado era pretexto;
lo importante era robar.
Entre los fiordos y bosques,
hostigados por los trolls (1)
que de las cuevas salían
y con traviesas maldades
solían tenderles trampas,
la vida les complicaban,
les robaban las doncellas,
y en un segundo huían
sin darles la ocasión
de que les vieran sus caras.
Con lentitud y cautela
salieron por fin al mar,
bajo los rayos de un sol
que apenas les calentaba,
y los remeros remaban
al ritmo de las arengas
que invitaban a la lucha
y a bogar, mientras arqueros
celosamente guardaban.
Oleg consultó a las runas (2)
por la misión y sus hombres;
la travesía y las brumas
aumentaban su inquietud.
No era la profesía
para ese día muy buena;
había trabajo fácil
pero con final incierto,
sin otra explicación.
Oleg las runas guardó.
Y fue muy lento el regreso
sin botín pero ilesos,
regresando hacia la costa,
cuidados por los guerreros.
En tierra, sobre las rocas
los vigías anunciaban
la llegada de la nave
y en sus gritos decían:
la barca es toda silencio
como si no trajera vida.
En su muy lento llegar
la nave tocó la costa
y suavemente encalló,
incrustándose en las rocas.
Nadie subió a la barca,
nadie tocó los arcos
ni a los muertos tendidos
por los siglos de los siglos,
castigados por las lluvias,
por el tiempo y los vientos.
En los días de tormenta
maderas sueltas golpean,
tal vez como si quisieran
despertar a los durmientes.
Y muy adentro del bosque
un mago troll, día y noche
quiere devolverles vida
y anular el hechizo
que muchos siglos atrás
les provocó su maestro.
(1) Hombrecillos imaginarios que habitan los bosques escandinavos. Algunos los describen como enanos, otros como gigantes.
(2) Sistema adivinatorio de origen céltico, que utiliza piedrecillas con signos; se usa para consultar sobre el pasado y el futuro, entre otras cosas.
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Poema publicado el 26 de Octubre de 2010
Esta es la historia de Oleg
y sus valientes vikingos
en las playas y atalayas;
la guerra por vocación
y el robo por distracción.
Peleaban con sus vecinos
en los bosques y en los fiordos,
en rutas de Escandinavia,
y eran sus vidas secuencias
de corajes y hazañas.
Por esta primera vez
la misión era muy simple;
navegar entre las nieblas
para robar y matar,
alma viva no dejar, matar;
luego cargar el botín
para volver silenciosos,
de la hazaña satisfechos.
Lo robado era pretexto;
lo importante era robar.
Entre los fiordos y bosques,
hostigados por los trolls (1)
que de las cuevas salían
y con traviesas maldades
solían tenderles trampas,
la vida les complicaban,
les robaban las doncellas,
y en un segundo huían
sin darles la ocasión
de que les vieran sus caras.
Con lentitud y cautela
salieron por fin al mar,
bajo los rayos de un sol
que apenas les calentaba,
y los remeros remaban
al ritmo de las arengas
que invitaban a la lucha
y a bogar, mientras arqueros
celosamente guardaban.
Oleg consultó a las runas (2)
por la misión y sus hombres;
la travesía y las brumas
aumentaban su inquietud.
No era la profesía
para ese día muy buena;
había trabajo fácil
pero con final incierto,
sin otra explicación.
Oleg las runas guardó.
Y fue muy lento el regreso
sin botín pero ilesos,
regresando hacia la costa,
cuidados por los guerreros.
En tierra, sobre las rocas
los vigías anunciaban
la llegada de la nave
y en sus gritos decían:
la barca es toda silencio
como si no trajera vida.
En su muy lento llegar
la nave tocó la costa
y suavemente encalló,
incrustándose en las rocas.
Nadie subió a la barca,
nadie tocó los arcos
ni a los muertos tendidos
por los siglos de los siglos,
castigados por las lluvias,
por el tiempo y los vientos.
En los días de tormenta
maderas sueltas golpean,
tal vez como si quisieran
despertar a los durmientes.
Y muy adentro del bosque
un mago troll, día y noche
quiere devolverles vida
y anular el hechizo
que muchos siglos atrás
les provocó su maestro.
(1) Hombrecillos imaginarios que habitan los bosques escandinavos. Algunos los describen como enanos, otros como gigantes.
(2) Sistema adivinatorio de origen céltico, que utiliza piedrecillas con signos; se usa para consultar sobre el pasado y el futuro, entre otras cosas.
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