Succubus y incubus
Poema publicado el 21 de Diciembre de 2009
En los infinitos rincones de los sueños del alma humana yacen los más profanos y escondidos deseos, es que como succubus me deslizo en tus sueños profanado tu identidad, dándote de mi cuerpo la emulsión vital que enciende el lugar, que transfigura las tinieblas en el paraíso Yo, sobre ti muevo mis caderas y sin tocar tus labios te beso, sin que me veas, veo tu mirada y así toco tu alma hasta poseerla por completo, bebo de ti el fluido que da vida, tu cuerpo y tu alma me pertenecen, eso lo sientes cuando despiertas y me extrañas. Es que nos pertenecemos desde otras vidas, es que nuestros cuerpos se han amado por miles de años, nuestro amor se volvió inmortal. Aun recuerdo cuando me poseías siendo un incubus, no podía moverme, solo miraba tus ojos que entregaban mi esencia al abismo de tus caricias, evoco aun tus manos recorriendo mi cuerpo sin cansancio disipando mi estirpe y enciendo la lumbre de mis sentidos hasta poseerme por completo, aun montada sobre ti puedo ver el alba que se asoma, Debo desplegar mis alas, tu compañera de pronto siente mi presencia y abraza tu cuerpo en un intento de poseerlo, lo que ella ignora es que nunca podrá abrazar tu alma por que ella me pertenece.
Poema publicado el 21 de Diciembre de 2009
En los infinitos rincones de los sueños del alma humana yacen los más profanos y escondidos deseos, es que como succubus me deslizo en tus sueños profanado tu identidad, dándote de mi cuerpo la emulsión vital que enciende el lugar, que transfigura las tinieblas en el paraíso Yo, sobre ti muevo mis caderas y sin tocar tus labios te beso, sin que me veas, veo tu mirada y así toco tu alma hasta poseerla por completo, bebo de ti el fluido que da vida, tu cuerpo y tu alma me pertenecen, eso lo sientes cuando despiertas y me extrañas. Es que nos pertenecemos desde otras vidas, es que nuestros cuerpos se han amado por miles de años, nuestro amor se volvió inmortal. Aun recuerdo cuando me poseías siendo un incubus, no podía moverme, solo miraba tus ojos que entregaban mi esencia al abismo de tus caricias, evoco aun tus manos recorriendo mi cuerpo sin cansancio disipando mi estirpe y enciendo la lumbre de mis sentidos hasta poseerme por completo, aun montada sobre ti puedo ver el alba que se asoma, Debo desplegar mis alas, tu compañera de pronto siente mi presencia y abraza tu cuerpo en un intento de poseerlo, lo que ella ignora es que nunca podrá abrazar tu alma por que ella me pertenece.
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