El jardinero y la flor
Poema publicado el 06 de Diciembre de 2012
El jardinero y la flor
Autor: Adrian Morelo Cabeza
No ha florecido, y no sé, si florecerá.
Esa flor marchita
que un día encontré en mi jardín,
Blanca flor de pétalos ajados
que marchitada tomo en mis manos,
y le hablo como una amante a la mujer que ama,
Le dije: Porque amada mía tirada a la pena
si de mí jardín tu eres mi preferida,
te conocí capullo y no has querido como flor abrir,
¡Mira, no te has dado cuenta que ya es abril!
Que las violetas, camelias, dalias, jazmín
azucenas, orquídeas, rosas, margaritas
Gardenias, guirnalda y otras flores,
sus pétalos han abierto ya.
Y se miran unas a otras altivas y orgullosas
sin temor porque son hermosas,
y tu, amada mía, mi amada flor
ni mis besos, caricias ni el llanto angustiado
han podido abrir tus pétalos.
y con lágrimas en mis ojos
ahogando el llanto en mi alma
de rodillas la estrecho en su pecho.
y aquella blanca flor pura, pero ya marchita
parecía abrir sus pétalos como un milagro de amor,
y todas las flores del jardín
parecían inclinase como por encanto
ante tanto amor, tanta ternura.
Y aunque muchos llamen locura,
pintor, pinte este cuadro de amor
del jardinero y su adorada flor.
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Poema publicado el 06 de Diciembre de 2012
El jardinero y la flor
Autor: Adrian Morelo Cabeza
No ha florecido, y no sé, si florecerá.
Esa flor marchita
que un día encontré en mi jardín,
Blanca flor de pétalos ajados
que marchitada tomo en mis manos,
y le hablo como una amante a la mujer que ama,
Le dije: Porque amada mía tirada a la pena
si de mí jardín tu eres mi preferida,
te conocí capullo y no has querido como flor abrir,
¡Mira, no te has dado cuenta que ya es abril!
Que las violetas, camelias, dalias, jazmín
azucenas, orquídeas, rosas, margaritas
Gardenias, guirnalda y otras flores,
sus pétalos han abierto ya.
Y se miran unas a otras altivas y orgullosas
sin temor porque son hermosas,
y tu, amada mía, mi amada flor
ni mis besos, caricias ni el llanto angustiado
han podido abrir tus pétalos.
y con lágrimas en mis ojos
ahogando el llanto en mi alma
de rodillas la estrecho en su pecho.
y aquella blanca flor pura, pero ya marchita
parecía abrir sus pétalos como un milagro de amor,
y todas las flores del jardín
parecían inclinase como por encanto
ante tanto amor, tanta ternura.
Y aunque muchos llamen locura,
pintor, pinte este cuadro de amor
del jardinero y su adorada flor.
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