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Mi deceso... (historia) - Poemas de Adriana Urías



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Mi deceso... (historia)
Poema publicado el 06 de Enero de 2011

Éntro a la habitación donde mi cuerpo reposa, rodeada de aparatos y sonidos que son los que determinan... ¡si vivo o muero!
Mi cara luce triste y ausente de toda realidad, ¡no siento absolutamente nada!...
Por el corredor se escuchan llantos y lamentos, que mí familia no puede contener.
Mi vida pende de un hilo... ¿Será que tendré una oportunidad?
Aún no lo sé...
Tras un accidente automovilístico llevo 4 días postrada en esa camilla, a la espera de que Dios decida...
No puedo soportar ver, a mi familia sufrir así.  A mi madre le ha cambiado el rostro, el brillo en sus ojos se ha desvanecido.
Mi padre, recargado en el marco de la puerta mirándome detenidamente y con lágrimas en sus ojos...
Mis hermanas, mirando fijamente por el ventanal que se encuentra en el corredor, sus miradas se pierden entre las gotas de lluvia que resbalan por el cristal.
Mi marido, sentado con sus codos recargados en sus rodillas y su mano en la barbilla, ¡no puede contener más su dolor!
¡Mis hijos! no los veo por ningún lado, no sé dónde se encuentran, necesito mirarlos.
Cada vez más llega gente al nosocomio, entre amigos, conocidos y familiares; todos con tristeza en sus rostros.
¡Qué mal me siento!, por no poder decir que estoy "aquí", junto a ellos.
De pronto se escucha un sonido que proviene de la habitación, los médicos y las enfermeras corren, la gente del corredor se levanta apresuradamente... me dirijo hacía donde estoy, y veo la expresión de los médicos, me doy cuenta que mi vida está concluyendo...
Me acerco al  ventanal y miro  el paisaje, es conmovedor pero triste, me doy cuenta que sólo me quedan unos minutos más.
La lluvia no cesa... aún queda uno que otro rayo de luz. ¡No sé como aceptar esto!
La gente  poco a poco se va acercando, con llantos, lamentos y susurros.
Miro mi rostro detenidamente, y recuerdo a la niña...caprichosa y desentendida, a la adolescente...que creía saberlo todo, cuando aún no sabía nada; a la mujer, que había logrado mucho, pero aún  no le era suficiente... y con un suspiro concluí.
Levante la mirada y vi una luz que provenía de la puerta, era un hombre que se acercaba lentamente. Su mirada era tan transparente tan perceptible, tan extraordinaria que sentía una gran ternura. Se detuvo frente a mí, me sonrío y tomo mi mano, su piel era sedosa y de un blanco luminoso; ¡era cálida!. Sentía una fuerza indescriptible para ambos lados, no podía equilibrarme. Lo miré fijamente, no sentía miedo alguno, cuando de pronto salían de su espalda unas hermosas alas blancas, yo miraba a mí alrededor, pero al parecer nadie se percataba de eso.


Nos dirigimos hacía la camilla y tocando mi frente, me di cuenta que el momento había llegado. Me miro fijamente y  sonrió...
Y ahí estaba ya…el bip de la maquina que indicaba mi deceso.



"Todo lo que tiene un comienzo, en cualquier momento tendrá su final"


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