Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Mi corazón es como un dios sin lengua,
mudo se está a la espera del milagro,
he amado mucho, todo amor fue magro,
que todo amor lo conocà con mengua.
He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
pero yo espero algún amor-natura
capaz de renovarme y redimirme.
Amor que fructifique mi desierto
y me haga brotar ramas sensitivas,
soy una selva de raÃces vivas,
sólo el follaje suele estarse muerto.
¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
distinto al tronco fiel que lo alimenta.
¿En dónde está el espÃritu sombrÃo
de cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
yo seré incontenible como un rÃo.
¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida...
Hielo y más hielo recogà en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.
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