Amigo mío (para nico)
Poema publicado el 20 de Enero de 2009
Si llevas tus velas atadas y recogidas,
y tu bandera enrollada con tu verdad,
busca la esperanza en mis miradas,
y la huella de tu paso en la oscuridad.
No permitas que el miedo te lastime
aunque tus ilusiones se truncaron,
construye la amistad que te anime
a olvidar los fracasos que te hirieron.
Porque aunque la gloria te abandone,
la traición y el desamor te humillen.
Aunque el odio a veces te manipule.
El rencor y el olvido te condenen,
yo seré tu ángel para que no sufras.
Seré tu amiga para acallar tu dolor.
Dibujaré sonrisas para que vivas,
y aplaudiré tus triunfos con calor.
Si pudieras oír el canto de las aves,
si por un instante supieras romper
las ligaduras y quemar tus naves
al llegar la puesta de sol y enmudecer.
Si quisieras enjugar tu triste llanto,
si vieras cuanto cariño hay en mí:
aparcarías las nostalgias en cuanto
dejaras tu alma llegar serena hasta mí.
Compartiría tus sueños y dolencias,
me convertiría para ti en musa deseada.
Regaría con delicias el árbol de tus exigencias,
y plantaría con afán, confianza desde la nada.
Doy fe que olvidarás tu quebranto,
curaré, con desvelos, heridas y daños.
Te cubriré dulcemente con mi manto,
y borraré las traiciones y desengaños
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Poema publicado el 20 de Enero de 2009
Si llevas tus velas atadas y recogidas,
y tu bandera enrollada con tu verdad,
busca la esperanza en mis miradas,
y la huella de tu paso en la oscuridad.
No permitas que el miedo te lastime
aunque tus ilusiones se truncaron,
construye la amistad que te anime
a olvidar los fracasos que te hirieron.
Porque aunque la gloria te abandone,
la traición y el desamor te humillen.
Aunque el odio a veces te manipule.
El rencor y el olvido te condenen,
yo seré tu ángel para que no sufras.
Seré tu amiga para acallar tu dolor.
Dibujaré sonrisas para que vivas,
y aplaudiré tus triunfos con calor.
Si pudieras oír el canto de las aves,
si por un instante supieras romper
las ligaduras y quemar tus naves
al llegar la puesta de sol y enmudecer.
Si quisieras enjugar tu triste llanto,
si vieras cuanto cariño hay en mí:
aparcarías las nostalgias en cuanto
dejaras tu alma llegar serena hasta mí.
Compartiría tus sueños y dolencias,
me convertiría para ti en musa deseada.
Regaría con delicias el árbol de tus exigencias,
y plantaría con afán, confianza desde la nada.
Doy fe que olvidarás tu quebranto,
curaré, con desvelos, heridas y daños.
Te cubriré dulcemente con mi manto,
y borraré las traiciones y desengaños
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