La ventana
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2009
Barrera invisible de lejano desierto fundido,
te miro y te observo ocultando el reflejo de un cálido sol matutino,
escudriño a través el colorido paisaje,
te falta quizá la lluvia que hoy no te ha bendecido.
La vida recorre tus venas,
el sol es tu luz y tu guía,
los pájaros entonan dulces canciones,
escuchando a penas la melodía,
estudio el camino que deja de lado misteriosa celosía.
El santuario hoy yace tendido,
le falta su musa,
de intenso vegetal verde vestido,
ojos de almendra tardía,
sandalias de plata,
adornos que quiebran el hastío,
pelo que acaricia el viento,
diadema de flores coronada,
nobleza humilde y orgullosa,
con paso tranquilo suavizas el camino.
Fragancia perpetua y estival,
eclipsas a la flor más olorosa,
detienes tu mirada buscando el brillo de mis ojos,
buscas por doquier parte descuidada,
preparas tu aguijón mortal
que asesta beso final de este amor celoso.
La danza rompe el comienzo,
invita a este baile prohibido,
que querrá ahora esta ninfa,
que pretende incendiar mi corazón impío.
Mi mente comienza fundada lucha,
si es que sueño,
lo soluciona una ducha,
si es verdad lo que veo,
no pierdo sino ocasión de amor encarando tal escarceo.
Salto pues a la vida,
espera espejismo,
espera ilusión ilusa de esta mi amada musa,
demora la última danza
para que esta abnegada alma vaya allí sin tardanza.
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2009
Barrera invisible de lejano desierto fundido,
te miro y te observo ocultando el reflejo de un cálido sol matutino,
escudriño a través el colorido paisaje,
te falta quizá la lluvia que hoy no te ha bendecido.
La vida recorre tus venas,
el sol es tu luz y tu guía,
los pájaros entonan dulces canciones,
escuchando a penas la melodía,
estudio el camino que deja de lado misteriosa celosía.
El santuario hoy yace tendido,
le falta su musa,
de intenso vegetal verde vestido,
ojos de almendra tardía,
sandalias de plata,
adornos que quiebran el hastío,
pelo que acaricia el viento,
diadema de flores coronada,
nobleza humilde y orgullosa,
con paso tranquilo suavizas el camino.
Fragancia perpetua y estival,
eclipsas a la flor más olorosa,
detienes tu mirada buscando el brillo de mis ojos,
buscas por doquier parte descuidada,
preparas tu aguijón mortal
que asesta beso final de este amor celoso.
La danza rompe el comienzo,
invita a este baile prohibido,
que querrá ahora esta ninfa,
que pretende incendiar mi corazón impío.
Mi mente comienza fundada lucha,
si es que sueño,
lo soluciona una ducha,
si es verdad lo que veo,
no pierdo sino ocasión de amor encarando tal escarceo.
Salto pues a la vida,
espera espejismo,
espera ilusión ilusa de esta mi amada musa,
demora la última danza
para que esta abnegada alma vaya allí sin tardanza.
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Perdón
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