Sirena herida
Poema publicado el 16 de Mayo de 2012
Una tarde te abracé
y nos amamos hasta el amanecer
me miraste y asumiste la despedida,
comprendiste mi partida
que de tu mundo
quisiera escapar,
que deseara volver a la frialdad,
entendiste que regresará
y que me escondiera en la profundidad
de mi mar.
Pero una mañana de mayo
me despertaron las caracolas
me peinaron las estrellas,
pisabas la arena...
ellas me dijeron que acudiera
que secara mis lágrimas
que me buscabas
pues me amabas;
renegué con mi alma
mis escamas estaban sin vida
mi cuerpo de tristeza fallecía.
Pero todo el fondo marino
a tus brazos me conducía...
Te encontré no estabas en la orilla
era tu aroma
disuelta en mis aguas,
era tu esencia
bañando mi ser,
no nade, volé
te volvía a ver...
una daga fría penetró
en mi pecho
volviste
para matarme,
para exponerme a tu mundo
de miedos, de falsos sueños,
exhibirme como tu trofeo…
entendí mientras moría
que eres humano
y como a todos, te puede el orgullo.
En la arena me abandonaste
para que los curiosos
se entretuvieran,
inventando historias
de sirenas.
Al caer la noche
la marea
arrastró mi cuerpo,
el mar besos mi pecho
no estaba muerta,
aún vivo tierno poeta
herida, en tinieblas
pero mi alma
no está deshecha.
alec
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Poema publicado el 16 de Mayo de 2012
Una tarde te abracé
y nos amamos hasta el amanecer
me miraste y asumiste la despedida,
comprendiste mi partida
que de tu mundo
quisiera escapar,
que deseara volver a la frialdad,
entendiste que regresará
y que me escondiera en la profundidad
de mi mar.
Pero una mañana de mayo
me despertaron las caracolas
me peinaron las estrellas,
pisabas la arena...
ellas me dijeron que acudiera
que secara mis lágrimas
que me buscabas
pues me amabas;
renegué con mi alma
mis escamas estaban sin vida
mi cuerpo de tristeza fallecía.
Pero todo el fondo marino
a tus brazos me conducía...
Te encontré no estabas en la orilla
era tu aroma
disuelta en mis aguas,
era tu esencia
bañando mi ser,
no nade, volé
te volvía a ver...
una daga fría penetró
en mi pecho
volviste
para matarme,
para exponerme a tu mundo
de miedos, de falsos sueños,
exhibirme como tu trofeo…
entendí mientras moría
que eres humano
y como a todos, te puede el orgullo.
En la arena me abandonaste
para que los curiosos
se entretuvieran,
inventando historias
de sirenas.
Al caer la noche
la marea
arrastró mi cuerpo,
el mar besos mi pecho
no estaba muerta,
aún vivo tierno poeta
herida, en tinieblas
pero mi alma
no está deshecha.
alec
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