Las fragancias y el contexto
Poema publicado el 11 de Julio de 2011
“Las paredes se van, queda la noche, las nostalgias se van, no queda nada”
- Mario Benedetti
Y cómo siempre,
También me voy,
Desde mi ética muda y traviesa,
Mi ética inconmovible e intuitiva pero tonta por ti,
Mi ética de perro autista y conmovido sin cola que seduce todos los colores con su vista a blanco y negro,
Mi ética que divaga desde tus secretos y se pasea en los suburbios de tus penas que a su vez tropiezan de vez en vez con la dulce promesa de habernos encontrado y convertirnos en dificultad,
La dificultad de mi cobardía y la tuya,
De tu pasado y lo que no existió de mi,
El problema de mi lengua salvadora que aún sin degustar la pastelería de tu cuerpo
Hace que de todas las exquisitas confituras de éste mundo,
Me quede con las tuyas,
Se me caen las palabras del bolsillo entristecido,
Se desploman en el aire censuradas por tu alma sin oídos y sin ojos,
Tu alma con las uñas llenas de esas manchitas blancas que salen de decir mentiras,
Algunas rezan por la mitad y otras se aferran al hilacho ateo de las decepciones porque necesitan ser dichas y escuchadas,
El inconveniente es de nosotros, de más nadie,
El inconveniente es mío porque escribo y tuyo porque me lees,
Es tuyo y mío por partes, pero nuestro en los finales,
Son cuatro letras remendadas y partidas,
Pero nuestras,
Porque todos nos observan cuando caminamos en aceras separadas
Y nuestras estelas cruzan la calle para tomarse de la mano,
Nosotros de espaldas las profesamos pero nunca las juzgamos,
Las estelas de tus pensamientos y mis machistas vanidades que tienen un acervo de tus formas francas y perfectas,
Que problema las miradas cuando tienen la nariz tapada.
Decía de tus formas que ellas hablan y no se bosquejan sino en las paredes de mi cuarto,
Mis paredes de papel que tal vez están un poco arrugadas porque las recojo de la papelera muchas veces,
Tengo una colección de tus rostros compilados en mi cráneo,
Varias formulas matemáticas de todos los ángulos de tus piernas,
Y un pentagrama de tus mejores asonancias que arrullarán alguna vez al intento silencio,
Todo esto suena muy bonito y placentero,
Pero como dije hace un rato,
Que problema las miradas cuando tienen la nariz tapada,
Porque al fin y al cabo,
Queramos o no,
Irreductiblemente,
Somos el mismo problema,
Pero con otros perfumes.
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Poema publicado el 11 de Julio de 2011
“Las paredes se van, queda la noche, las nostalgias se van, no queda nada”
- Mario Benedetti
Y cómo siempre,
También me voy,
Desde mi ética muda y traviesa,
Mi ética inconmovible e intuitiva pero tonta por ti,
Mi ética de perro autista y conmovido sin cola que seduce todos los colores con su vista a blanco y negro,
Mi ética que divaga desde tus secretos y se pasea en los suburbios de tus penas que a su vez tropiezan de vez en vez con la dulce promesa de habernos encontrado y convertirnos en dificultad,
La dificultad de mi cobardía y la tuya,
De tu pasado y lo que no existió de mi,
El problema de mi lengua salvadora que aún sin degustar la pastelería de tu cuerpo
Hace que de todas las exquisitas confituras de éste mundo,
Me quede con las tuyas,
Se me caen las palabras del bolsillo entristecido,
Se desploman en el aire censuradas por tu alma sin oídos y sin ojos,
Tu alma con las uñas llenas de esas manchitas blancas que salen de decir mentiras,
Algunas rezan por la mitad y otras se aferran al hilacho ateo de las decepciones porque necesitan ser dichas y escuchadas,
El inconveniente es de nosotros, de más nadie,
El inconveniente es mío porque escribo y tuyo porque me lees,
Es tuyo y mío por partes, pero nuestro en los finales,
Son cuatro letras remendadas y partidas,
Pero nuestras,
Porque todos nos observan cuando caminamos en aceras separadas
Y nuestras estelas cruzan la calle para tomarse de la mano,
Nosotros de espaldas las profesamos pero nunca las juzgamos,
Las estelas de tus pensamientos y mis machistas vanidades que tienen un acervo de tus formas francas y perfectas,
Que problema las miradas cuando tienen la nariz tapada.
Decía de tus formas que ellas hablan y no se bosquejan sino en las paredes de mi cuarto,
Mis paredes de papel que tal vez están un poco arrugadas porque las recojo de la papelera muchas veces,
Tengo una colección de tus rostros compilados en mi cráneo,
Varias formulas matemáticas de todos los ángulos de tus piernas,
Y un pentagrama de tus mejores asonancias que arrullarán alguna vez al intento silencio,
Todo esto suena muy bonito y placentero,
Pero como dije hace un rato,
Que problema las miradas cuando tienen la nariz tapada,
Porque al fin y al cabo,
Queramos o no,
Irreductiblemente,
Somos el mismo problema,
Pero con otros perfumes.
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