Arco sargaciano.
Poema publicado el 27 de Febrero de 2016
Necesitaron comunicarle algo al Discordante,
enviaron un auto exhibiendo el letrero con el mensaje.
Pero por lo menos no tuvo que adivinar.
Otro día le transmitieron su mensaje con cornetazos.
Si quieren que haga algo, le aturden a bocinazos,
mejor haz lo que quieren si no deseas quedar sordo.
Y mejor que extraigas desconocidas dotes de adivino.
Para saber quiénes son los enviadores
y qué es lo que quieren.
Se ocultan tras impenetrables polarizados y no les ves;
también oscureciste tus vidrios,
pero más que nunca resultaste visible.
Los reclamos vienen del alto consejo.
Se reúnen en la mansión de las primeras estribaciones.
Hay siempre mucha penumbra que vela sus rostros.
Los vigiladores rinden periódicamente sus informes.
Es de suponer que también reciben su paga.
Vuelven a sus casas tras resbalar en la pendiente.
Tu discordancia consiste en no comulgar
con la idea de que hay que dar importancia
a la parte formal de las cosas y casi nada a la de fondo.
Idea sobre la cual se formó una religión.
Sus sacerdotes atisban desde el follaje de los árboles.
Ver sin ser vistos es la esencia de la letradez.
El Consejo decide quién ganará el concurso literario.
Asimismo quién ocupará el alto cargo aquel.
Se autodenominan dioses del olimpo.
La religión no tiene templo, solamente un arco
bajo el cual pasar haciendo la reverencia sargaciana.
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Poema publicado el 27 de Febrero de 2016
Necesitaron comunicarle algo al Discordante,
enviaron un auto exhibiendo el letrero con el mensaje.
Pero por lo menos no tuvo que adivinar.
Otro día le transmitieron su mensaje con cornetazos.
Si quieren que haga algo, le aturden a bocinazos,
mejor haz lo que quieren si no deseas quedar sordo.
Y mejor que extraigas desconocidas dotes de adivino.
Para saber quiénes son los enviadores
y qué es lo que quieren.
Se ocultan tras impenetrables polarizados y no les ves;
también oscureciste tus vidrios,
pero más que nunca resultaste visible.
Los reclamos vienen del alto consejo.
Se reúnen en la mansión de las primeras estribaciones.
Hay siempre mucha penumbra que vela sus rostros.
Los vigiladores rinden periódicamente sus informes.
Es de suponer que también reciben su paga.
Vuelven a sus casas tras resbalar en la pendiente.
Tu discordancia consiste en no comulgar
con la idea de que hay que dar importancia
a la parte formal de las cosas y casi nada a la de fondo.
Idea sobre la cual se formó una religión.
Sus sacerdotes atisban desde el follaje de los árboles.
Ver sin ser vistos es la esencia de la letradez.
El Consejo decide quién ganará el concurso literario.
Asimismo quién ocupará el alto cargo aquel.
Se autodenominan dioses del olimpo.
La religión no tiene templo, solamente un arco
bajo el cual pasar haciendo la reverencia sargaciana.
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